En los últimos 12 meses la vida de todas y todos se transformó. Tuvimos que entrar a un confinamiento que esperábamos durara sólo unos días o semanas, pero conforme el COVID-19 fue cobrando más y más víctimas observamos cómo nuestra vida cambió para siempre.
De un día para otro tuvimos que aprender a trabajar, estudiar, divertirnos, recibir atención médica e incluso hacer vida social y política de manera virtual. Fueron meses en que hubo quienes enfermaron, familias que se rompieron porque uno o varios de sus miembros murieron.
Desempleo, miedo y en general, un panorama de desolación que nos obligó a repensar la forma en que habíamos vivido.
Vimos un gobierno que primero minimizó el virus, asegurando que era menos dañino que la influenza, observamos a un Zar anticovid y a un gobierno que nunca recomendó el uso del cubrebocas y siempre puso en tela de juicio la efectividad de su uso.
Vimos a un presidente que se mofó de la enfermedad, asegurando que a él le caía como anillo al dedo y observamos todas las resistencias para suspender sus giras, eventos públicos y actividades que, además de poner en riesgo a sus colaboradores cercano y a él, mandó el mensaje de que no pasaba nada.
Vimos que el desempleo apareció por todos lados y en lugar de una estrategia de apoyo generalizada se optó por mantener los programas sociales y no apoyar a la pequeña y mediana empresa, con el argumento de que los empresarios se enriquecieron por años y eran unos corruptos.
Uno de los temas que más dolieron en estos meses fue enterarnos del aumento de violencia en contra de mujeres. Vimos y supimos cómo la cifras y denuncias de agresiones y feminicidio crecieron y nadie hizo nada.
En síntesis, observamos una gestión desastrosa de la pandemia y al llegar las vacunas nos encontramos con un gobierno y un partido en el poder que primero pensó en el uso proselitista y en cómo sacar raja política de cara al proceso electoral que arranca el próximo 4 de abril.
Sabemos que el gobierno federal apostará a administrar las vacunas con una estrategia electoral, por eso vimos cómo el partido oficial cínicamente ha promovido la vacunación en sus spots, violando todas las leyes electorales que existen.
No obstante, confiamos en que la ciudadanía haga un balance real de todo lo que perdió en el último año, no por la pandemia, sino por la mala gestión de un gobierno que nunca pensó en apoyar realmente a quienes lo apoyaron y llevaron al poder.