viernes 22 noviembre 2024

Importar petróleo

por José Yuste

Desanima a cualquiera. México siendo un país petrolero ¿cómo va a importar crudo? Suena absurdo. Suena extraño. Supuestamente lo que nos sobra es petróleo, e incluso una tercera parte de las finanzas públicas depende de la venta del energético. Entonces, ¿por qué debemos importar petróleo? Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, explica que se trata de una medida de eficiencia económica, donde si no producimos el crudo ligero, entonces hay que importarlo.

¿CÓMO LE HICIMOS TANTOS AÑOS?

Ya cuando escuchamos la argumentación del secretario de Energía, vemos que la decisión de importar 100 mil barriles de crudo ligero sí guarda lógica.

Pero nos viene otra pregunta inmediata, entonces, ¿por qué durante tantos años decidimos producir gasolinas con crudo pesado, como es el de la mezcla mexicana?

Quizás estuvimos equivocados durante tantos años, y en lugar de comprar del extranjero el crudo ligero, echamos mano de lo que teníamos, el crudo pesado, y lo refinamos.

Pedro Joaquín Coldwell explica que las refinerías como Tula, Salina Cruz y Salamanca están equipadas para recibir y procesar el crudo ligero.

SOBRARÍA COMBUSTÓLEO

Desde luego que podrían refinar el crudo pesado, pero entonces nos sobraría combustóleo, que es difícil de exportar, o si se usa para generar electricidad es un combustible que afecta al medio ambiente. Posiblemente sea hora de importar crudo y romper con la carga nacionalista de décadas donde se nos repetía que éramos autosuficientes en materia de hidrocarburos, que no necesitábamos de nadie.

IMPORTAMOS GASOLINAS

De hecho, la primera importación que rompió con esa idea autosustentable fueron las compras de gasolina.

Ya importamos 50% de gasolina por el mismo problema: salía más caro refinarla que comprarla del exterior. Ahora parece que las autoridades se decidieron a romper con todos los mitos. Pero, ojo, no sólo eran mitos. Nosotros sí producíamos crudo ligero. Se llama petróleo Istmo, tiene una densidad de 33.6 grados API.

Incluso se tenía un crudo Superligero, llamado Olmeca, que tenía una densidad de 39.3 grados API y apenas un peso de 0.8% de azufre. En cambio el crudo pesado, como el Maya, que es el que más tenemos, tiene un peso de 3.3% de azufre.

VOLVEREMOS AL CRUDO LIGERO

El problema es saber ¿por qué dejamos de producir crudo ligero? El crudo ligero se extraía de la Sonda de Campeche, de aquel milagro que fue Cantarell.

Pero, ¿y ya no tenemos petróleo ligero? Según la Secretaría de Energía sólo se tiene crudo ligero en aguas profundas.

Esperemos recobrar la producción de crudo ligero. Mientras tanto, sí tendremos que acostumbrarnos a complementar la relación de crudo pesado, lo producido en México, con crudo ligero, que estaremos importando… aunque no lo crea.

COFECE: NO HABRÁ COLUSIÓN DE PRECIOS

Justo ayer le dábamos a conocer el estudio del Banco de México, donde el instituto central encontró 41 sectores productivos donde los precios al mayoreo cuando bajan, no repercuten en una baja de precios a favor del consumidor.

Ahí, el Banco de México señalaba que la Comisión Federal de Competencia Económica debe ejercer sus nuevas atribuciones para impedir colusión de precios, y revisar por qué cuando los precios bajan, dicha atribución no llega al consumidor final.

La Comisión Federal de Competencia Económica respondió que ellos sí van a vigilar que nadie se ponga de acuerdo en elevar precios, incluso recordó que la ley sanciona la colusión para alterar o manipular los precios.

Incluso la Cofece, presidida por Alejandra Palacios, llama a las cámaras y asociaciones empresariales a abstenerse para coordinar alza en precios tomando como pretexto el dólar más caro.

Es positivo que la Cofece entre a hacer su trabajo: evitar acciones anticompetitivas que lastimen al consumidor final. Ahora veremos si se pone de acuerdo con Banxico en revisar los 41 sectores, donde se ven altas rentas que no se traducen en precios más bajos al consumidor final.


Este artículo fue publicado en Excélsior el 19 de Agosto de 2015, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página

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