Tres de mayo, un año, y la impunidad, es la más notable en el aniversario luctuoso de la tragedia donde 26 personas perdieron la vida al desplomarse la Línea 12 del Metro.
Un año de impunidad, donde para la fiscalía capitalina no hay un solo imputado, mucho menos detenido o procesado por la muerte de decenas de personas, sí, la misma fiscalía que detiene mujeres inocentes para complacer al fiscal general de la república en sus venganzas y ambiciones personales.
Un año de impunidad para el empresario beneficiado de la obra, el cual se hace cargo de los gastos para reconstruir, lo que construyó mal, y lo presenta públicamente como si fuese una generosidad suya, y no su obligación legal mínima.
Claro, el potentado se gana así el derecho de compartir frecuentemente el pan y la sal con el principal encubridor de la patria.
Un año de impunidad para Marcelo, el gobernante capitalino, que aparece sonriente en esa ansiada foto que inmortalizó la inauguración de su magna obra, acompañado por cierto de aquel presidente, Felipe, al que hoy culpan de todo, pero al cual le pidieron, y les autorizó, miles de millones de pesos para su construcción de esa obra.
Por cierto, como detalle pictórico, parado de puntitas, su afanoso secretario de finanzas, asoma sus ojos alegres, como oliendo dinero.
Un año de impunidad para Claudia, la actual gobernante, que a cuatro años de tener bajo su mando la Línea 12 del Metro, sigue buscando culpables en sus antecesores, sobre todo, de aquel que quitaría de la carrera por esa silla tan anhelada, dictaminando que fue exclusivamente un problema estructural, ocultando bajo la alfombra el austericidio al que somete al sistema de trasporte público que mueve millones de pobres todos los días y al cual le recortaron los gastos de mantenimiento y operación que garantiza su seguridad. Y por si fuese poco, ponen a una neófita como directora de un área estratégica para cualquier gobierno que se precie de ser serio y responsable.
A un año de impunidad; Ernestina Godoy encubre todo, Slim come, desayuna o cena con el presidente, Marcelo y Claudia se disputan el favor del líder máximo, y este último, Andrés, no ha sido capaz en su miseria, de visitar el lugar de la tragedia, o de abrazar a las familias de las víctimas.
Sus abrazos, son para los que usan balazos.
En memoria de las 26 víctimas, sus familiares y amigos.
