El Presupuesto de 2023 asignó a Segalmex casi el doble del dinero que desfalcó. O sea, en Segalmex se robaron 10 mil millones de pesos y, para el año próximo, le darán 18 mil 427 millones de pesos. Un festejo grosero a un hecho de corrupción.
Porque el caso de Segalmex es considerado la Estafa Maestra del actual gobierno y, ya entrados en comparaciones, la de éste es de 10 mil millones de pesos; y la del anterior fue de siete mil 600 millones de pesos.
Otra comparación es que a Rosario Robles, a quien sólo con supuestos culparon en el actual gobierno de la Estafa Maestra del gobierno anterior, la encerraron tres años sin más pruebas que la presentación de una licencia de conducción falta por parte de un juez.
Y Ignacio Ovalle, director de Segalmex durante el desfalco de 10 mil millones de pesos en la Estafa Maestra de este gobierno, fue promovido como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal en Segob.
Sin embargo, lo peor de la Estafa Maestra de la actual administración es que dañó a los mexicanos más pobres, porque la empresa creada para abastecer de alimentos a los sectores más desprotegidos, bajo el eslogan de Primero los Pobres.
Pero la administración de Segalmex metió en una financiera privada 12 mil 806 millones de pesos destinados a comprar leche, frijol, arroz, maíz y trigo, según la ASF, por lo cual Fiscalía General de la República tiene abiertas 22 carpetas de investigación.
El propio presidente dijo admitió ayer que “en el país continúa habiendo corrupción”. Lo más seguro es que se refería a casos como las 22 carpetas de investigación abiertas por la Estafa Maestra en Segalmex.
Segalmex nunca fijó mecanismos para evitar corrupción y montó un esquema de empresas fachada para el procesamiento de leche, y la adjudicación directa de contratos por 67 millones de pesos a Grupo Marhel, filial de una empresa fantasma.
No justificó cinco mil 640 millones de pesos en inventarios, ingresos, pagos por adquisición de bienes y servicios. Y entregó contratos para el suministro de leche para los pobres por 811 millones de pesos en adjudicaciones directas a 13 empresas fantasma.
Aunque el caso de Segalmex no es sólo corrupción: tiene implicaciones en política exterior; hizo negocios con un prestanombres del dictador Nicolás Maduro, en un entramado que violó el embargo petrolero de Estados Unidos a Venezuela.
Según el gobierno estadounidense, Alex Saab (testaferro de Maduro) se desempeñó como fuente confidencial de la DEA, cuando hizo compras a Segalmex por 64 millones de dólares y los envió a Maduro, quien los vendió a sobreprecio.
Pero la premian dándole casi el doble del desfalco.