jueves 04 julio 2024

Incumplidos, el 78% de los 100 compromisos de AMLO

por Rafael Hernández Estrada

“Mantendremos relaciones respetuosas con el Poder Legislativo y con el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo dejará de ser el poder de los poderes”. Ese fue el compromiso número 92 que López Obrador al tomar posesión. “Estamos por el diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos”, escribió él mismo en su compromiso 98. Aunque ambos compromisos los dio por cumplidos unos meses después, el incumplimiento es absoluto: no solo se apartó de lo anunciado, sino que en el gobierno hizo exactamente lo contrario. Ataca sin miramientos al Poder Judicial, particularmente a su ministra presidenta, llamó “traidores a la patria” a los legisladores de oposición, insulta y descalifica con ferocidad a los disidentes de sus políticas. Lo que ocurre con los marcados como 92 y 98 es parte del 78% de incumplimiento de los 100 compromisos que AMLO proclamó al comenzar su sexenio.

El pasado 2 de octubre, el inquilino de Palacio Nacional se ufanó de que ya había cumplido 99 de los 100 compromisos y que solo estaba pendiente cumplir con el esclarecimiento de lo ocurrido a los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero la realidad es muy distinta. Una revisión acuciosa del anuncio del 1º de diciembre de 2018, cuando usó de simple escenografía el vestuario, la coreografía y hasta los ritos de los pueblos originarios, da por resultado que tan solo ha cumplido 17 compromisos y otros 5 se encuentran “en proceso”, mientras que 78 son claras faltas a la palabra empeñada.

Los cumplimientos y los que están en proceso suman 22 compromisos. De entre ellos se distinguen claramente dos tipos de promesas. Por un lado, las relativas a los programas sociales como la pensión de los adultos mayores, la de las personas con discapacidad, las becas escolares y otros, que se han llevado a cabo con crecientes sacrificios presupuestales, pero no para solventar la condición de pobreza o pobreza extrema, sino para cumplir metas electorales a través de los servidores de la nación. En este subgrupo también se encuentran las 100 Universidades del Bienestar (compromiso 7), que no son sino universidades patito que no tienen ni Registro de Validez Oficial de la SEP. Por otro lado, el presidente cumplió con asuntos intrascendentes, de simple ocurrencia, los cuales no tienen nada qué ver con los grandes problemas del país: que si se reúne todos los días a las 6 de la mañana con la mesa de seguridad (hábito inútil ante la desmesurada incidencia delictiva y el control territorial del crimen organizado); que no comprará equipos de cómputo (compromiso 35), absurda decisión; que se repartió un código de ética y un memorándum exhortando a “todos los funcionarios a cumplir con el deber moral que les compete” (redacción repetida para “demostrar” el cumplimiento de los puntos 40, 41,42 y 55). Exhortos enviados, sí, pero que no evitan que a sus funcionarios les crezcan las uñas y sean premiados con la impunidad. 

Entre tantos incumplimientos destaca eso de que “Se atenderá a todos los mexicanos sin distingo” (compromiso 2) y “se tratará con amabilidad a los ciudadanos en las oficinas públicas” (compromiso 50), pero no se atendió a las mujeres feministas, a los médicos que protestaron por el desabasto de medicamentos, a los padres de niños con cáncer, tampoco a las madres buscadoras de los desaparecidos.

Más taches: la permanencia de estancias infantiles (compromiso 3), que fueron desaparecidas; el abasto de productos básicos (compromiso 24), que desembocó el desfalco de 12 mil millones de pesos en Segalmex; transferir la recaudación a las comunidades mineras (compromiso 27), que terminó en la desaparición del Fondo Minero; no aumentar el precio de gasolina, diésel, gas y electricidad (compromiso 28), cuyo incremento golpea cada mes el bolsillo de las familias; “tampoco aumentaremos la deuda” (compromiso 32), pero la deuda rompió los récords históricos.

A menos de un año de que termine el sexenio, el récord de este gobierno es reprobatorio desde todo punto de vista. Aun utilizando sus 100 compromisos como el criterio o rúbrica, instrumento elaborado por el propio inquilino de Palacio Nacional, su calificación apenas llega a 2.2. Nada qué presumir: reprobado.

Cincelada: Activar los recorridos de Xóchitl Gálvez y seleccionar candidaturas a gobernador con procedimientos de convocatoria abierta y decisión ciudadana, las tareas urgentes del Frente Amplio.

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