Si gente como Gibrán Ramírez no debe llegar al INE, tampoco al comité para evaluar candidatos a consejeros. Es el caso de John Ackerman. Su participación en dicho comité resulta, a un tiempo, ilegal e ilegítima. No se ajusta ni al fondo general del acuerdo respectivo ni a cualquier otro estándar serio por un puñado poderoso de razones:
1. Ser esposo de una parte del gabinete presidencial, Irma Eréndira Sandoval, mejor conocida como “Virgilia” dada su protección a Manuel Bartlett y por ser una de las integrantes del gobierno que más adula a López Obrador. (Ackerman también es cuñado de un “superdelegado” federal con aspiraciones de gobernador).
2. Ser miembro del Instituto de Formación Política (IFP) de Morena. Recuerdo que llegó a aparecer como subdirector. El IFP no sólo es parte formal del partido del gobierno sino que es su escuela de cuadros y aparato de propaganda, como se anuncia en su página de Internet. Ahí Ackerman aparece como consejero y responsable de un programa internacional. Quien participa tanto en esa escuela como en ese aparato propagandístico, forma parte de la vida interna del partido y, por ende, es un militante. Algún tipo de militante. Es realmente torcida la implicación o creencia de que sólo los máximos órganos directivos hacen a un partido y sus dirigentes y que no hay militancia partidista confirmada sin pertenencia a ellos. Tan torcida como la suposición de que es posible una participación “estrictamente académica” –diría defensivamente Ackerman- en un partido de fondo tan personalista y de superficie tan ideologizado como Morena.
3. Por consecuencia, Ackerman es un militante informal de Morena y un militante total del obradorismo. Un militante real del obradorismo y su partido; exactamente el mismo caso de Rosario Piedra. La militancia partidista no necesariamente es una cosa formal: no depende siempre en realidad de un papel o credencial. Esa militancia no puede entenderse sin las acciones y productos del compromiso incondicional o casi incondicional con un partido en un periodo. Ackerman y Piedra están plenamente comprometidos con López Obrador, su movimiento y sus aspiraciones.
4. Ackerman fue formalmente propuesto para el comité por Piedra, una presidenta de la CNDH que como tal no es legal ni legítima. Porque es morenista-obradorista. Militante proponiendo a militante. El propuesto viene sucio e infectado de origen –tal y como llegó Piedra a donde no debió llegar.
Al doctor (doctor) John Ackerman le faltan legalidad y legitimidad para la tarea. El deber democrático es mantenerlo tan lejos como sea posible de todo proceso del INE o sobre el INE. Éste es agua democrática y el otro es quemado aceite obradorista. Claudicar ante el intento de mezcla es un error –intentar mezclarlos es mucho cinismo autoritario, aún peor.