John Mill Ackerman, integrante del Comité Técnico de Evaluación del INE montó en cólera porque no se incluyó en las quintetas de aspirantes a consejeros generales a una colaboradora de su cuñado Netzaí Sandoval. John John ni siquiera guardó el mínimo pudor en el asunto y mencionó por su nombre a Diana Talavera, en su columna de la revista Proceso.
La credibilidad es lo que distingue una protesta legítima del amague de un calumniador. Zola era un gran escritor, su salud intelectual no estaba en duda, ni su verticalidad, cuando escribió el “J’Accuse…!”. No obstante, su denuncia contra las injusticias del caso Dreyfus le costaron una sentencia penal, su remoción de la Legión de Honor y el exilio, para evitar la prisión. Cuando alguien más parecido a un desequilibrado mental lanza acusaciones y diatribas… simplemente su imputación no vale ni el papel en que se hace. Salir a reclamar que la empleada del cuñado no fue escogida como aspirante a consejera del INE no sólo es un acto de cinismo: es una reverenda chifladura.
La vuelta de tuerca en esta lamentable historia del absurdo es que el PT, el partido que todavía repta en la legislatura, cuando debió perder el registro, haya intentado revocar las quintetas escogidas por mayoría de los integrantes del Comité Técnico de Evaluación del INE. El afán de la 4T de capturar toda institución que pueda controlar los abusos del poder sólo revela que los electores del obradorismo entregaron el corral a los lobos.
Lo único rescatable del sainete de Ackerman es que sus burdas intrigas sólo sorprenden a ingenuos. Demos gracias de que los embaucadores del pejeato —como Noroña, Attolini, Hernán Gómez o Gibrán Ramírez—- son tan toscos que su credibilidad es casi nula. No obstante, la democracia sigue bajo riesgo: mientras cualquier mitómano pueda lanzar impunemente ficciones sobre asuntos públicos, el peligro de la tiranía estará presente. A la opinión pública toca señalar a esos falsarios como lo que son: aspersores tóxicos de farsas interesadas. Cuando la sociedad permite las fake news, calumnias y difamaciones, se hace cómplice del deterioro de los derechos y libertades, no lo olvidemos.