Contrario a lo que otros analistas afirman, el efecto político que ha ido creciendo posterior al último debate presidencial, se ha transformado en un pequeño pero poderoso virus que ha infiltrado la campaña del candidato López Obrador, y curiosamente nadie y nada han hecho para sanar.
Para quienes gustan de la sangre y las vísceras, las revelaciones de las adjudicaciones directas al constructor favorito de López así como la sociedad de uno de sus más allegados con la famosa compañía constructora brasileña Odebrecht, no dieron automáticamente en el centro de flotación de su campaña pero han tenido un interesante efecto retardado que posiblemente podría cambiar el curso de la actual campaña así como mitigar la percepción de inevitable triunfo del hombre que surgió del trópico.
Primero, los intereses para la traición son múltiples y difíciles de detectar, pero no hay nada que quede oculto cuando son los proyectos grupales los que quedan en riesgo y al descubierto, la estrategia de los candidatos había sido clara, intentar conquistar puntos en las encuestas, asistir al debate y establecer agenda, para así darle paso a un nuevo ejercicio demoscópico, sin embargo, gracias a Alejandro Ramírez, Director General de Cinepolis, es que la ciudadanía nos enteramos que el Consejo Mexicano de Negocios y la Confederación Patronal de la República Mexicana, atendiendo a sus agremiados, financiaron sendas encuestas para conocer la posición de los candidatos en la preferencia ciudadana.
Curiosamente Ramírez dio a conocer una encuesta en donde Anaya aparece en segundo lugar, cuando existía ya una medición con crecimiento sostenido de Meade en las preferencias, este documento fue arteramente escondido, el director del imperio cinematográfico ha decidido guardar silencio y aunque es difícil conjeturar, el magnate ha jugado a dos pistas, apoyando al candidato del Frente, tocado por el tufo de la corrupción y construyendo canales de comunicación con López, a través de su esposa de la cual fue compañero de aulas en el Instituto Valladolid en Morelia, Michoacán.
Los empresarios siguen sin confiar en López y en el modelo económico que proponen, es obvio que harán todo hasta el último minuto para que el de Macuspana no gane.
Segundo, es público que Santiago Nieto Castillo, defenestrado fiscal especializado para la atención de delitos electorales decidió unirse a la campaña de López, el cúmulo de información archivada por este hombre no es menor, aunque su uso sea ilegal, sin embargo, no vieron venir la acusación directa del candidato Meade, la familia de quien esta considerado para ser designado secretario de comunicaciones y transportes, son formalmente socios de la filial mexicana de Odebrecht, compañía que materializa la idea que el ciudadano tiene sobre la corrupción.
Nieto Castillo, vía redes sociales aseguró haber revisado sus documentos del caso Odebrecht, en los cuales no aparece el futuro secretario de comunicaciones, también en un segundo saque afirmó que solo en México y en Venezuela no hay políticos notables procesados por sus relaciones con la constructora.
Ahora bien, se le olvidó compartir con la ciudadanía que el futuro secretario de marras no aparece en los consejos de administración de la casa matriz pero el y su familia si aparecen en las filiales mexicanas, su candidato y actual líder político lo confirmó, también omite que en este país nunca habrá políticos indiciados por este caso porque, al filtrar a la prensa un cuadernillo de investigación, lo cual es un hecho público y es la razón por la que fue separado de sus funciones, vició y descarriló el caso, su imprudencia y deseo de reflectores abonó a la nada jurídica, corrompió el proceso. Nieto Castillo otorgó la primera amnistía morenista a todos los investigados en este caso, la duda de la corrupción está ahora con López y su movimiento.
Tercero, respecto a las asignaciones directas para la generación de infraestructura, segundos pisos y pasos a desnivel durante su encargo como jefe de gobierno, es muy probable que no haya un problema de corrupción en la asignación, sin embargo, es difícil de creer que no haya conflicto de intereses con el estructurista a quien le fueron asignadas dichas obras, y que ahora éste argumente junto con López que el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México es inviable, cuando él mismo concursó y perdió todos los tramos de la licitación pública.
Es curioso por no asegurar que es sospechoso, que continúen con la necedad de intentar construir dos pistas nuevas y todo lo que ello implica en la base aérea número 1 de Santa Lucía. Conflicto de intereses es la trampa en la que ha caído López.
Cuarto, aunque parece minúsculo, el escándalo de la senadora Sansores, ha desnudado a López, a su cúpula partidista y a sus seguidores, si bien es cierto que facturar setecientos mil pesos a uno de los poderes de la unión puede ser juzgado como un detalle minúsculo, no es menos cierto que es un hecho reprobable, hoy día el candidato no ha salido a condenar la conducta de su aliada, su cúpula ha enmudecido y sus pobres seguidores han hecho todo tipo de maromas conceptuales con el fin de defender lo que es indefendible, la senadora desvió una cantidad importante de recursos públicos para su uso, goce y disfrute. Todo es culpa del dinero, el cual siempre deja un rastro y apunta a López, sus usos y sus costumbres.
Quinto, parece que la cúpula católica siente ya la presión de un gobierno como el que representaría el abanderado de MORENA, un evangélico practicante que pretende un código moral parecido, pero no igual a los documentos y valores básicos del catolicismo, es por ello que en homilía pública el arzobispo Carlos Aguiar Retes, abiertamente comentó a su feligresía: “Por tanto, fíjense bien qué candidato ayuda más a garantizar estos valores: vida, familia, educación y libertad religiosa. Ir a poner ese granito de mostaza del Reino de Dios, hoy se expresa yendo a votar. Es una responsabilidad social del católico; no podemos abstenernos, tenemos que ir a la urna y elegir con plena libertad, en secreto, viendo la propuesta que busque no sólo el beneficio personal, sino el de toda la sociedad. Que, en estos días, en que estamos ya tan cerca de la jornada electoral, vayamos especialmente los católicos, comprometidos con nuestra fe, a llevar un voto razonado, reflexionado, pensando en el futuro. Y que no sean las encuestas -lo tengo que decir- las que decidan por nosotros, sino nosotros decidir con nuestro voto.”.
Hay mucho en juego el 1° de julio de 2018, independientemente al modelo económico que López desea implantar, a la nueva agenda social que traen en mente, a la nueva forma de interactuar del país en el concierto de naciones, al nuevo diseño del gasto público, a pesar de todo, lo que esta en juego es la libertad, la libertad de disentir, de criticar, de vivir en pluralismo, de ejercer la democracia.
Nada está dicho, nada se ha resuelto, nos falta salir a votar con responsabilidad, y cuidado porque en un equívoco o momento de enojo quizás, esta sea la última ocasión que votemos en libertad…