Vuelvo a la historia que por la renuncia de Luis Videgaray cité en estas páginas el sábado pasado. Espejo de la política mexicana que se enriquece gracias a fuente confiable, protagonista de aquellos tiempos de José López Portillo.
Cuando el presidente enfrentaba desánimo nacional y desprestigio dentro y fuera del país, JLP se aferró al auge petrolero, que ofrecía a México una luz al final del túnel.
A la economía nacional la salvaría la abundancia energética. Así como las reformas estructurales de ahora. Por cierto, ayer Pemex festinó seis nuevos yacimientos de crudo.
Hace 40 años Julio Rodolfo Moctezuma Cid, Secretario de Hacienda, y Carlos Tello, de Programación y Presupuesto, se disputaban la mente del Presidente; su afecto estuvo siempre a favor del primero. Así como Videgaray y Osorio.
Ambos alfiles presidenciales chocaron en el diseño del paquete económico de 1978, dos concepciones distintas sobre cómo transitar la crisis y preparar al país para administrar la riqueza por venir.
Carlos Tello Macías fue el primero en renunciar. Lo hizo molesto con el Presidente por haber preferido las ideas del titular de la SHCP; el segundo lo hizo por lealtad con su jefe, para no debilitar más la imagen presidencial por una disputa interna en el gabinete con aroma a lucha sucesoria adelantada. Uno se fue por berrinche, otro por institucional.
Tras salir del gobierno Moctezuma Cid fundó su despacho en Tecamachalco, oficinas que fueron inauguradas por JLP y el gabinete ampliado en persona, al que el Presidente instruyó acercarse al exsecretario para ver en qué lo podía ayudar Julio Rodolfo.
Dos años después José López Portillo lo nombró Coordinador de Proyectos Especiales, cargo en el cual recibía propuestas de todas las dependencias y las calificaba para ser financiadas con los excedentes petroleros (que nunca existieron porque Hacienda captó todos los ingresos de Pemex y los destinó a otra cosa).
En 1981 Moctezuma sustituyó a Díaz Serrano al frente de Pemex, desde donde apoyó la candidatura de su amigo, Miguel de la Madrid.
Julio Rodolfo no fue designado candidato del PRI por su vínculo con JLP, que en ese momento era ya un lastre electoral, costosa cercanía. De Carlos Tello en la vida pública nada relevante volvió a informarse.
Hoy Luis Videgaray está fuera, mas no lejos, su cercanía y afecto con EPN sobrevive. Incógnita es si el Presidente Peña Nieto contará con capital político suficiente para designar al candidato del PRI, hoy su imagen es también lastre para el tricolor.
Remembranzas políticas con sentido y similitudes. Usos y costumbres del poder.
Pregunta para AMLO: Si el ITAM es escuela de tecnócratas neoporfiristas que lastiman a la nación, entonces la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, a la que muchos entran pero, de la que pocos salen, ¿forma fósiles-grillos neorrevolucionarios a costa del presupuesto capitalino?