24-01-2025

La lectura de Peña Nieto

Etcétera

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La interrogante que deberá responder Peña es si cree que la mayoría en el Congreso es suficiente para asegurar la gobernabilidad.

La mayor interrogante por despejarse es la lectura del gobierno de Enrique Peña Nieto de los resultados de las urnas. ¿Cómo interpreta su mensaje? ¿Cuál es la voluntad ciudadana? ¿Cuál su respuesta para el resto del mandato?

De los cambios que haga en su gabinete y en el PRI, o deje de hacer, se verá el significado que da a los comicios, aunque se anticipa una lectura autocomplaciente de ganador. El Presidente dijo que las urnas expresaron “respaldo” a su proyecto y eso le da “un ánimo muy renovado”, a pesar de la pérdida de la iniciativa política y la caída de la aprobación en las encuestas.

En efecto, puede pensar que la mayoría del PRI y sus aliados (PVEM y NA) en el Congreso fue un aval para su gobierno, a pesar de que bajó la votación a su partido. Que ser el primer Presidente en este siglo que no pierde una elección intermedia demostraría el bajo impacto de los escándalos de corrupción de la Casa Blanca y de otros de miembros de su gabinete; también, podría pensar, que el estancamiento económico o la inseguridad no representaron un mayor castigo.

Pero lo cierto es que el respaldo que hoy suma con sus aliados es similar al que obtuvo en los comicios presidenciales, cuando un triunfo precario lo llevó a hacer una coalición a favor de las reformas en el Pacto. Su exigua mayoría legislativa alcanza para salvar el escollo del “presupuesto cero”, aunque deberá afrontar la nueva situación especial del país por el fin de la época del petróleo caro.

Su gobierno tiene nuevas condiciones para la gobernabilidad por el recorte de perspectivas económicas y el reacomodo de fuerzas políticas. Por supuesto, la mayoría es importante, pero insuficiente para recuperar consensos y remover las resistencias a las reformas. Para la educativa será difícil mantener la política de prebendas a los líderes y evitar la “guerra” con la CNTE, por la evaluación docente. Su suspensión abundó en el desgaste de Chuayffet y, sobre todo, en el rechazo de los empresarios que ya venía ante la Reforma Fiscal.

Las urnas fueron un varapalo para los partidos, como previó, por ejemplo, el grupo de empresarios que impulsó la candidatura de El Bronco en Nuevo León. La pérdida del monopolio de acceso al poder abre nuevos márgenes de negociación a los empresarios, cada vez más disgustados con la política fiscal y el impacto de la corrupción en la economía y la inversión. En la rebelión de los independientes estuvo el mayor castigo al gobierno, junto con la irrupción de una nueva oposición dura de izquierda hacia sus reformas con Morena.

Si recuperar el pulso reformista pasa por negociaciones y acuerdos con los empresarios, la moneda de cambio será la Reforma Fiscal y movimientos en su gabinete, de sus hombres más cercanos, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. El primero está desgastado por la falta de crecimiento y la Reforma Fiscal y el otro, por la desconfianza de la crisis de derechos humanos en la imagen internacional del país.

También sería riesgoso confiar en la mayoría legislativa para esquivar la remodelación del gobierno cuando se desatarán las pulsiones políticas por la sucesión en 2018. Estará a prueba la cohesión del grupo gobernante y su capacidad de inclusión con personajes que resultaron clave para sacar las reformas en el Congreso y, ahora, para ganar elecciones estatales, como Manlio Fabio Beltrones. El destino que le ofrezca también revelará su lectura de las urnas. En suma, la interrogante que deberá responder Peña es si cree que la mayoría en el Congreso es suficiente para asegurar la gobernabilidad y el futuro de sus reformas, cuando las condiciones objetivas para la segunda mitad de su mandato han cambiado más allá de las urnas.


Este artículo fue publicado en Excelsior el 14 de Junio de 2015, agradecemos a José Buendía Hegewisch su autorización para publicarlo en nuestra página

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