Una de las proclamas más consistentes de AMLO, y que en efecto conecta con amplias franjas sociales, es la que emplea "el complot" como sustituto para explicar la dinámica política mexicana; esa suspicacia no requiere mayor elaboración intelectual. Ahora incluso emplea la confabulación como forma de defensa:
En un video, López Obrador advierte que pronto Duarte dirá que Morena recibió dinero porque la mafia está muy nerviosa por las elecciones en Veracruz y el Estado de México. Y luego de adelantarse o inocularse frente a hechos probables, el político tabasqueño afirma que eso no es cierto y, como siempre apela a su palabra. Habrá que esperar a ver qué sucede y, sin duda sobre todo, conocer las pruebas si las hay, sobre esa hipotética acusación.
Hoy, en efecto, López Obrador por primera vez le llama corrupto a Javier Duarte e ignoramos si lo hizo porque el exgobernador pronto los acusará. El candidato presidencial mueve sus piezas, se dirige a los simpatizantes más duros y con la teoría del complot trata de abrirse paso otra vez. Si sucede lo que avista el líder de Morena, solo las pruebas que haya en su contra nos permitirán dilucidar sobre su veracidad pero, sobre todo, a las autoridades responsables.