La caricatura política, por definición, simplifica los hechos a los que alude para hacer un planteamiento político generalmente a partir de la ironía. El cartón de Calderón de este domingo publicado en el diario Reforma es eso, una simplificación de la realidad (aunque desde mi punto de vista no es irónico ni chistoso). La simplificación sin duda, remite a las posturas que en este país ha tenido la derecha: que los delincuentes no tienen o no deberían tener, derechos humanos. A eso remite cada cuadro dibujado, más aún, también sugiere que la procuración de los derechos humanos provoca la impunidad, vale decir otra vez, quienes infringen la ley no debieran tener derechos humanos. Pésimo planteamiento. Aunque no se le puede pedir a un caricaturista más alcances que la reducción simplona a la que se remite, sí podríamos subrayar su definición conservadora y autoritaria sobre un tema tan complejo.
Calderón – 21 de Ago. – Vía @reforma Extraordinario cartón de mi no-pariente sobre la crisis de Derechos Humanos pic.twitter.com/XSvk6OY5Lh
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) 21 de agosto de 2016
No soy optimista para creer que el caricaturista entienda que, en efecto, la CNDH se dedica a eso, a procurar los derechos humanos, y que no es ministerio público. En todo caso lo que sí preocupa es que uno de los exponentes de esa derecha celebre al cartonista, porque se trata del expresidente Felipe Calderón quien, en Twitter, festejó esta deplorable postura.