La Tremenda Corte del Acordeón

La elección judicial resultó una chambonada, tanto cuantitativa como cualitativamente. En el aspecto numérico, el resultado es un fracaso del grupo en el poder por dos razones: la baja afluencia de votantes (que apenas rebasó la décima parte de los empadronados) y porque, de ésta, menos de la mitad se disciplinaron a las instrucciones del patronus del sistema de dominación clientelar. En cuanto al aspecto cualitativo, el producto del ejercicio es un chasco: la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido convertida en la Tremenda Corte del Acordeón.

El Tremendo Juez, Nananina, Rudecindo y Tres Patines protagonizaban La Tremenda Corte. programa radiofónico producido en Cuba en las décadas 40 y 50. En uno de los capítulos, Rubecindo y Nananina hacen de alcalde de Piernocas y de la líder de CHAMLIPO (Chambeloneros Líricos Populares, el partido gobernante). Acusan a Tres Patines por el desfalco de 500 pesos al Ayuntamiento. Declaran en la audiencia del Tremendo Juez que se apropió de ese dinero, que estaba destinado al monumento en memoria de don Tribilín Cascote, prócer de la localidad. En su defensa, el aludido aduce que la acusación “es una calumnia inventada de CHANLIPO para perjudicar a mi partido”, (Tres Patines es presidente del partido FUMANCHU) y, cantinfleando en ritmo cubano, aclara que el monumento no se construyó “por una causa de fuerza mayor”: descubrió que el homenajeado era una persona que compró un regalo del Día del Amor para su esposa, olvidando que era soltero. “A don Tribilín se le olvidaba todo. Era imposible hacer un monumento a la memoria de un hombre que no tenía memoria ninguna”, concluyó. El juez le impuso 90 días.

Una comedia del absurdo, dentro de los límites del humor blanco. Con simpático argot y acento cubanos, la producción logró proyección y éxito continental. Goce de las generaciones de aquel tiempo, aún hoy se pueden disfrutar muchos de los episodios en colecciones que están disponibles en Internet.

Pues bien, la reforma judicial de López Obrador produjo el remake de La Tremenda Corte, Pero la nueva adaptación es una tragicomedia, una variante sumergida en la  perversión, pues se trata de la Tremenda Corte del Acordeón.

La presidenta Sheinbaum y el gobierno que encabeza, sus corifeos, además de los nuevos ministros, presumirán que su origen es democrático, pero en realidad brotó del dedazo autoritario, expresado en la forma de los acordeones que se distribuyeron por millones para la inducción del voto. Dirán que cerraron el paso a los corruptos del Poder Judicial del periodo neoliberal, pero omitirán que los flamantes juristas se bañaron en los mismos lodos, o bien, que estos carecen de una trayectoria profesional que mínimamente justifique su presencia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El simpático y entrañable elenco del programa cubano parecerá renacer, pero en versiones envilecidas, vulgarizadas, trágicas al final de cuentas.

El Tremendo Juez, que mantenía su templanza pese a los desatinos de los personajes originales y sus historias, se transfiguró en demagogos leguleyos que presumen su origen étnico, pero son trepadores que han empleado sus posiciones para proteger a acosadores de mujeres indígenas. Nanarina, personaje característico de la simpatía tropical, devino en una plagiaria y en alguna campeona de la ignorancia. Rubecindo, el personaje que habla con cecera española, haciendo el contrapunto al acento de los otros personajes, degeneró en  ministros de consigna, prófugos de todo principio de justicia y de apego al Derecho, verdaderos patiños del poder. ¿Quién o quiénes serán los ministros de la Tremenda Corte del Acordeón a quienes corresponderá hacer la versión envilecida del afamado Tres Patines?

Si tal es el resultado en la cima del Poder Judicial, en la elección de magistrados y jueces el panorama es igual o peor.

Cincelada: La presidenta convocó a mexicanos en Estados Unidos, pero acusa a la oposición. Tiene el mando del Ejército, pero la 4T acusa “a la derecha” por la incursión militar en Foro Alicia (¿?).

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