Los malos se vuelven buenos, los enemigos se vuelven aliados y lo inimaginable ocurre, todo sea por lograr la tajada más grande del gran pastel que se repartirá en el próximo proceso electoral. Para los que dudan, aquí algunos ejemplos recientes.
1.- El 10 de diciembre de 2012, John Ackerman escribió lo siguiente sobre Marcelo Ebrard: “Muchos lo sabíamos, pero hoy como nunca queda claro que Ebrard es igual de cínico y represor que Peña Nieto. Si quiere contender por Los Pinos, que lo haga por donde le corresponde: el PRI. #1DMX no se olvida #TodosSomosPresos.
El 25 de noviembre de 2013, le lanzó otro dardo al exjefe de Gobierno: “Hipocresía oportunista la supuesta crítica de Marcelo Ebrard al Pacto por México, él fue uno de sus promotores”, tuiteó.
El 29 de enero de 2018, sepulta sus duros conceptos sobre los aliados de López Obrador y considera que el tabasqueño hace bien en sumar hasta sus peores adversarios históricos; “Hay que apostarle a la unidad en lugar de la división, escribió en su cuenta de Twitter”.
En su artículo para La Jornada en esa misma fecha, agrega: “El ex presidente de Morena ya no está solamente buscando votos sino también está construyendo desde ahora una nueva coalición gobernante plural capaz de unificar a todos los mexicanos. Más allá de lo que uno pueda y deba comentar sobre las cuestionables trayectorias de personajes como Gabriela Cuevas, Miguel Barbosa y otros similares, hay que reconocer que su decisión de sumarse a Morena implica un rompimiento histórico tanto del PRIAN que malgobernó el país entre 1988 y 2012”.
O sea, que para Ackerman, con tal de que López Obrador se haga del poder, no importa que sume a “represores”, “oportunistas”, “hipócritas” o personas con reputación “cuestionable”. ¿No es eso lo que tanto critican en el PRIAN? Al parecer, no.
2.- El 31 de enero, el expresidente del Partido Acción Nacional (PAN), Germán Martínez Cázares, en su colaboración semanal para el periódico Reforma, reveló que Andrés Manuel López Obrador lo invitó a ser Fiscal General de la República, lo cual calificó como un honor.
Desde su punto de vista, la oferta del tabasqueño fue auténtica como su convocatoria moral contra la corrupción y planteó “¿El miedo a su Presidencia no es el pánico a perder privilegios para cosechar dinero al amparo del poder?”. Asimismo expresa que se avergüenza de haber contribuido a llevar a Vicente Fox a la silla presidencial.
El artículo de Martínez Cázares, fue destacado por los medios afines a López Obrador como Sin Embargo, Aristegui Noticias y el semanario Proceso, así como por los reporteros de éste último, Álvaro Delgado y Jenaro Villamil, quienes en sus cuentas de Twitter, vieron con buenos ojos la “conversión” del exlíder panista y su guiño al precandidato presidencial al que anteriormente combatió.
Atrás quedó aquel reporte de Proceso del 16 de julio de 2012, donde precisamente bajo la firma de Álvaro Delgado, se denunciaba el enriquecimiento inexplicable de Martínez Cázares durante el sexenio de Felipe Calderón. Entonces, como ahora, los medios aliados tomaron nota.
También quedó para el archivo el texto de Villamil del 8 de abril de 2009, en el cual acusa a Martínez de ser un artífice de la guerra sucia del PAN contra López Obrador en 2006, la cual buscaba reeditar en la elección federal intermedia, pero ahora contra el PRI. “La incursión de Germán Martínez como bloguero, un día sí y otro también nos recuerda la vertiente fascista de algunos dirigentes del PAN”, dijo entonces.
Pero todo eso ya pertenece al pasado ahora que el exdirigente blanquiazul se ha vuelto “bueno”. Hoy hasta se le reconoce su “buena reflexión”, según palabras de Villamil.
3.- El domingo 4 de febrero, Proceso publicó como tema central un reporte en donde acusa al precandidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, de estar implicado en una “sospechosa” triangulación de recursos cuando estuvo al frente de una fundación denominada “Por más humanismo”, creada en 2009, entre otros fines, para construir la sede el PAN en Querétaro. En respuesta, Anaya Cortés difundió una carta donde niega los hechos, hace algunas precisiones sobre su papel en dicha fundación y atribuye el informe periodístico a una guerra sucia del PRI.
Más allá de las aclaraciones que el precandidato deba hacer ante las autoridades electorales y quizá judiciales, en otros tiempos hubiese sido impensable que La Razón tomara dictado de un material de Proceso para llevarlo a su primera plana. Pero este 5 de febrero sucedió: “Transacción inmobiliaria de Anaya lo pone otra vez sobre la lupa” y agrega una nota donde consigna el “repudio” de los adversarios de Anaya a su conducta.
No es que los aires de “conversión” hayan motivado la inusual decisión editorial de La Razón, más bien ésta no se explicaría sin la cantidad de notas y encabezados dedicados al aspirante priista, José Antonio Meade como los siguientes: “Meade apuesta por zonas económicas para impulsar Oaxaca”, “Reconocen tequileros impulso de Meade”, “Con mariachi reciben a Meade en Jalisco; alista propuestas para modernizar el campo” y otros similares.
4.- Por cierto, otra reacción al tronante reporte de Proceso dedicado a Ricardo Anaya, que vale la pena destacar, es la que tuvo el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. De inmediato se subió al tren y publicó en sus redes sociales este mensaje: “Tu vida pública está marcada por la corrupción: terrenos y edificios de origen obscuro; fundaciones y empresas fantasma; triangulación de dinero, moches y excusas sin credibilidad. No hay complot en tu contra”.
Otro tanto hicieron el expresidente Felipe Calderón y el controvertido Javier Lozano, quienes no escatimaron adjetivos hacia Anaya e incluso lo acusaron de “lavar dinero”.
Las palabras contra Anaya en voz de Ochoa Reza resultan un mal chiste, lo mismo que la toma de nota de Calderón y Lozano del material de un medio de comunicación con el que han chocado más de una vez.
Pero también sorprende el realce que Proceso le dio a estas reacciones. ¿De cuándo a acá, le conceden tanta valía a lo que digan Ochoa Reza, Calderón o Lozano? Bueno, estos personajes tan odiados para el semanario, esta vez le hicieron promoción uno de sus reportes y eso no pasa todos los días.
.@RicardoAnayaC enfrenta la realidad. Tu vida pública está marcada por la corrupción: terrenos y edificios de origen obscuro; fundaciones y empresas fantasma; triangulación de dinero, moches y excusas sin credibilidad. No hay complot en tu contra. Te pareces a #YaChávezQuien pic.twitter.com/VnZhey2IZb
— Enrique Ochoa Reza (@EnriqueOchoaR) February 5, 2018
5.- Los medios militantes en su conjunto, levantaron la voz el 13 de enero pasado cuando el equipo de José Antonio Meade anunció que “valoraría emprender acciones legales” contra el portal Animal Político por un reporte donde se implicaba al precandidato priista en un presunto desvío de recursos cuando fue titular de la Sedesol. Dijeron entonces que se trataba de una amenaza contra la libertad de expresión. Otro tanto hicieron seis días después, el 18 de enero, cuando el dirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, impidió que los reporteros le hicieran preguntas a Ricardo Anaya. Señalaron al aspirante presidencial de Por México al Frente de consentir la censura a la prensa. Pero este 5 de febrero todos guardaron silencio ante los adjetivos que Andrés Manuel López Obrador lanzó a Jesús Silva Herzog Márquez y Enrique Krauze por criticarlo.
Las conversiones repentinas y el doble rasero, no son prácticas exclusivas de los partidos políticos y sus candidatos, sino también de los medios que respaldan a cada uno de ellos. Y eso que aún no empiezan las campañas.