Es un enigma en quién piensa y a quién se dirige el Presidente en sus mañaneras. Pareciera que la interlocución fundamental está en sus seguidores.
Tiene claro cómo provocar a sus adversarios con puyas, ironías y señalamientos. Sin embargo, la estrategia pudiera estar desgastándose y quizá el Presidente deba pensar en darle un giro a las mañaneras.
Está siendo difícil distinguir entre quiénes son los periodistas que preguntan, buscando respuestas e información, y quiénes ya aparecen como parte de una presunta estrategia afín al Presidente.
López Obrador gobierna en función de su popularidad, la cual ha tenido estos días cierta disminución, pero se conserva en muy buenos niveles. Lo que estamos por ver es si basta gobernar con ella, porque la gestión de Gobierno está colocándose como otra gran variable entre los ciudadanos.
El Presidente tiene razón cuando insiste en que un sector de la población lo quiere ver fracasar. Él, mejor que nadie, debe saber que esto forma parte de la política; quienes están en el poder son el centro de la atención de la opinión pública.
A esto se ha venido sumando que el discurso presidencial se establece a partir de una sistemática confrontación con sus “adversarios”, quienes en su lectura cotidiana del Gobierno están bajo la óptica de la crítica y los señalamientos; hay que aplicar aquello de “quien no quiera ver fantasmas, que no salga en la noche”.
El Presidente ha provocado varios escarceos entre los periodistas y asistentes a sus mañaneras, con sus declaraciones y referencias. Si de por sí hay confrontaciones por doquier, se están sumando incidentes como el de ayer, en el que un periodista solicita, más en papel de militante que de reportero, que se investigue, vía la UIF, a diferentes personajes que en las mañaneras han sido señalados por el Presidente, con todo lo que bien se sabe que esto provoca y significa.
Si el interlocutor del Presidente son únicamente sus furibundos seguidores, se confirma la idea de que sigue en campaña. Si gobierna para todos, y por más obvio que sea, incluso para quienes votaron en contra y no comparten sus estrategias de Gobierno, no es que deba pasársela convenciéndolos, pero lo que no puede soslayarse es que gobierna para todos, y todos son sujetos de sus actos de gobierno.
El 9 de marzo cae en este terreno. Las reacciones a que la venta de los cachitos de la rifa del avión, que no se está rifando, fuera originalmente el lunes provocó una reacción crítica, lo que incluyó a muchas y muchos de los suyos que optaron, por obvias razones, por manifestarlo en voz baja.
En los terrenos en que andamos, de toma y daca, que el Presidente “no se haya dado cuenta” de que la venta de los cachitos coincidía con el gran paro nacional de las mujeres fue interpretado como un desdén, hacia lo que se vislumbra como un gran día en la historia reciente del país.
Se interpretó que el mandatario no era sensible y que no estaba entendiendo los motivos y razones del Un Día Sin Nosotras. Por lo que se vio en este lance, no se planteó gobernar para todas y todos, y se terminó aislando en un asunto que ha calado profundamente en amplios sectores de la población.
Si su máxima divisa es el tema de la popularidad, el tema de las mujeres y el 9 de marzo lo debió convertir en parte de su agenda, teniendo en las mañaneras una gran oportunidad para establecer su opinión.
Sin dudar del valor del proceso de comunicación que tenemos en el país, todas las mañanas, se está empezando a agudizar el clima en las mañaneras. El Presidente se está viendo en la imperiosa necesidad de atender de todas, todas.
Algunos temas no se pueden responder al vuelo. Por momentos, el Presidente está poniendo en riesgo su máxima divisa: la popularidad.
RESQUICIOS.
Todo pinta para que Joe Biden y Donald Trump sean los contendientes por la presidencia de EU. Si nos atenemos a las encuestas y percepciones, el empresario-presidente gobernará cuatro años más; seguiremos en el “amor y paz”.
Este artículo fue publicado en La Razón el 5 de marzo de 2020, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.