Nada nuevo en el discurso de Andrés Manuel López Obrador, desde 2006 se ha mantenido congruente a sus ideas, fiel a si mismo y a sus seguidores. Contrario a lo que muchos han afirmado, la radicalización y la toma de Paseo de la Reforma obedeció no a un camino de salida de la furia social sino a una prueba para mantener a los más duros de su movimiento junto a él, que dicho sea de paso ahí han estado, unos han crecido, otros no, pero es innegable que muchos liderazgos y carreras políticas se han forjado bajo su ala protectora.
López Obrador todavía mantiene un halo de misterio, el mismo que rodea y protege a cualquier líder evangélico, a cualquier pastor carismático, ello probablemente exacerbado por su edad, pues aunque aparece a cuadro en miles de ocasiones siendo honestos, todavía sabemos poco de él, no permite que los demás le cuestionen, escudriñar su vida ha sido prácticamente imposible para la prensa mexicana, análisis hay cientos pero unir piezas inconexas ha sido harto difícil, casi imposible, incluso sus propios videos son más bien anécdotas de su trajín político, apenas en el último trabajo cinematográfico que presentó abrió un poco la puerta de su hogar para que pudiéramos conocerle en un ejercicio todavía insuficiente, sin duda su equipo ha sido cuidadoso, saben mantener el misterio.
Sin embargo, ante su deseo de contender por tercera ocasión por la presidencia de la república le obliga a bajar un poco la guardia y exponerse ante los medios de comunicación, buscar espacios cómodos como la caja de resonancia que en algún momento puso a su libre y entera disposición Carmen Aristegui, es prácticamente imposible y no tendría que ser de otra forma, quienes pretender acceder al poder público se ven obligados al escrutinio público.
Un influyente diario de circulación nacional le invitó a platicar, ser entrevistado por influyentes comunicadores, periodistas, intelectuales e historiadores, la masa crítica fue equilibrada, en general fue tratado con respeto incluso con cierta deferencia, con excepción de la religión que profesa no hubo preguntas personales, directamente abrieron la línea de fuego cuestionándole su posición ante la reforma energética, las sorpresas no fueron grandes, de antemano se sabía su postura pública que aunque tibia se encaminaba a la posibilidad de reprobar dicha reforma estructural.
También abordaron temas como la reforma educativa, su viaje a Washington, temas de consulta ciudadana, seguridad, presupuesto, transparencia, crecimiento económico, y un largo etcétera.
Sin embargo sorprenden algunas posturas algo novedosas derivadas de temas de viejo cuño en su discurso, uno de ellos fue retomar el concepto constitucional de guardia nacional, el argumento utilizado fue la falta de coordinación y la necesidad del mando único policial, extrañamente ha sido su grupo parlamentario una de los principales fuerzas políticas que se han opuesto a esta posibilidad, llama la atención el que se argumente la falta de coordinación y sinapsis entre las fuerzas de seguridad federales, los órganos de inteligencia y las fuerzas armadas por ello cabe preguntar ¿ante la brutal descalificación a la política de seguridad como espera construir un nuevo órgano que vele por la integridad de la ciudadanía mexicana? ¿Cómo quiere edificar con los mismos actores?
Los vicios que se critican, si es que hubiere, simplemente se replicarían o ¿ante la definición de dicha guardia y la necesidad de que la integren voluntarios, echará mano de los hombres mayores de edad que son considerados como reservas de las fuerzas armadas, habrá una elegante pero obligatoria invitación a los civiles para integrar dicho esfuerzo? Nunca hubo respuesta.
Respecto al tema de corrupción e inversión pública, López argumento que existen al menos 500 mil millones de pesos que son utilizados solo en hechos de dudosa legalidad, ante la pregunta de sus entrevistadores no pudo explicar preguntas tan simples como ¿en que partidas presupuestales se encuentran esos recursos? ¿Qué facultad se atribuye para hacer uso indiscriminado de dichos recursos? ¿En que los invertiría? ¿Para qué? ¿Cómo? Nunca hubo respuesta.
No sorprende que uno de los resultados de la violencia, a su juicio, se pueda atender a través de la posibilidad de encausar una justa mezcla de educación y trabajo, es una receta sin duda virtuosa, aunque vieja, sin embargo, llama la atención la propuesta para hacerlo e inspirado en las universidades creadas por él mismo como jefe de gobierno fue aleccionador escucharle, propone hacer uso de las instalaciones universitarias a nivel nacional y que, sin que medie un filtro para su acceso atender a todo joven en edad de estudiar, argumenta que no se debe marginar a nadie, y hasta ahí podría ser una propuesta incluso generosa, pero también desea utilizar la infraestructura universitaria privada, no dijo cómo.
Prevalece su idea de educación universitaria obligatoria, pero no como un mecanismo que permita y aliente la movilidad social, el desarrollo económico, sino como un sistema de contención social de los más jóvenes, ante su sueño y deseo de estatizar la economía, generar nuevas fuentes de riqueza y por lo tanto de empleo se antoja imposible. ¿Por qué entonces diseñar un medio de contención juvenil? Se le cuestionó respecto a la necesidad de incentivar el esfuerzo en la creación de profesionistas de calidad, de carreras en donde la excelencia es requisito como son medicina, matemáticas, química, entre otras. ¿Cómo confiar en un profesionista que no necesita esforzarse para obtener algo de conocimientos y por ende un título? No hubo respuesta.
Mantuvo sus críticas al sistema electoral, expuso su muy cuestionable deseo de llevar a consulta ciudadana una cartera importante de derechos humanos sin duda defendidos por la izquierda mundial, reiteró su deseo de detener la construcción del nuevo aeropuerto, de nuevo saco a tema las pensiones de los expresidentes, los salarios de los altos mandos de las áreas ejecutivas, nada nuevo, pero entre balbuceos y necedades dos temas salieron a flote.
Como cualquier otro político opositor al sistema, o cualquier ignorante del tema, cuestionó el magro crecimiento de poco más de 2.5% de la economía mexicana cada año, selectivamente olvida que México es una de las pocas economías que crecen a nivel mundial por algo muy simple, por mucho tiempo nuestra economía ni creció ni se desarrollo por lo tanto no se ha asfixiado y tiene un largo trecho para hacerlo, pero es difícil que ello suceda cuando las economías mundiales simplemente no han podido sostener por más de un trienio sus tasas de crecimiento, el escenario internacional es adverso para todos, pero es este crecimiento el que otorga la posibilidad de reencauzar de forma casi locuaz los 500 mil millones de pesos que supone puede gastar casi a capricho, hubo muchas preguntas de sus entrevistadores. No hubo respuesta.
Como siempre, López nos engañó con la verdad, cuando se le cuestionó que iba a hacer respecto a la agenda gay, después de imaginariamente haberla llevado a consulta ciudadana, de aseverar que esta a favor de la familia y un largo catálogo de argumentos sin sentido, dejo tranquilos a sus interlocutores al aseverar que todo aquello que ya estaba legislado, así se mantendría, sin embargo, hoy por hoy los matrimonios entre parejas del mismo sexo, salvo en la Ciudad de México, no se encuentran legislados, es necesario la solicitud del amparo y protección de la justicia federal para que los registros civiles abran sus libros e inscriban el matrimonio civil de estas parejas, aquellos que confían en la posibilidad de ver nuevos derechos de tercera generación, se equivocan, públicamente lo dijo, no hará nada. Hubo preguntas, pero, no hubo respuesta.
Para López nada de lo que se ha hecho esta bien, se le olvida el México de las instituciones, el país que creció a tasas agigantadas en el periodo conocido como milagro económico que ahora quiere emular, se le olvida la autonomía del Banco de México, la infraestructura pública creada a través de varias décadas, de los adelantos tecnológicos, de las bajas tasas de analfabetismo, de la calidad de varios de nuestros centros universitarios, se le olvida que somos auto suficientes en el tema de vacunas, que hace mucho no existe desabasto en los mercados, se olvida de las centenas de museos que nos permite preservar nuestra identidad y cultura, el legado de la comida mexicana, los sistemas de comunicación, se le olvidan tantas cosas y todo lo resume a una “nueva conciencia ecológica”.
Andrés Manuel López Obrador no ha dejado de ser un peligro para México…