Llegar al Consejo de Seguridad de la ONU es mucho para un gobierno que dice que la mejor política exterior es la interior y que su presidente no viaja al extranjero, aunque irá a Washington para reunirse con un candidato presidencial, a 90 días de la elección.
Mucho, para un gobierno que lo considera “recuperar nuestra fama y nuestra gloria”. Pero no es nuevo. México ya estuvo tres veces desde 2003 en ese Consejo.
Porque (según manda el estilo de la 4T), también en política exterior, este gobierno como dice una cosa dice otra: ya hasta formó el Grupo de Puebla, un cóctel de partidos y gobiernos populistas afines, con Maduro, Daniel Ortega, Evo, Kirchner…
Además de que encabeza la defensa diplomática de la dictadura de Venezuela en la región, tras separarse del Grupo de Lima para integrar el Mecanismo de Montevideo, junto con 12 islas del Caribe a las que Maduro regala 400 mil barriles de crudo diarios.
Quiere decir que aquello de la mejor política exterior es la interior era sólo para las gradas en la campaña, al igual que la promesa de sacar al Ejército de las calles, pero que hoy no solamente continúa en las calles, también construye aeropuertos y hasta dirige empresas.
Sin embargo, como todo en la 4T, la política exterior igualmente es un pollo sin cabeza, porque defiende en foros regionales a los países socialistas enemigos de Estados Unidos, no vota con Estados Unidos en la OEA y…
El presidente plantea visitar a Donald Trump en el mes de julio, a tres meses de la elección presidencial de Estados Unidos, en las cuales éste es candidato a reelegirse: en los hechos, el mandatario mexicano hará campaña a favor de Donald Trump.
Vamos, el gobierno que dice que la mejor política exterior es la interior se está alineando en torno a un solo candidato presidencial en las elecciones del país con el que comparte tres mil kilómetros de frontera y el tratado comercial más grande del mundo.
Para Trump es oxígeno puro, porque uno de los ejes principales de su campaña es el tono anti-inmigrante, pero el gobernante del país de origen de la mayoría de los migrantes en Estados Unidos lo visita, lo que es una manera de aceptar su política anti-inmigrante.
Sí, aunque esos inmigrantes mexicanos que constituyen la mayoría en Estados Unidos son unos de los baluartes económicos de la 4T: el pasado Día de la Madre mandaron cuatro mil millones de dólares a México, hundido en la peor crisis económica de su historia reciente.
Como se ve, tenemos un gobierno que actúa envuelto en las contradicciones.
Y así va a actuar en el Consejo de Seguridad de la ONU.