El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell desea gobernar la CDMX, el responsable de combatir la pandemia de Covid 19 tomó la decisión de registrarse en Morena para buscar ser el “coordinador de los Comités de Defensa de la Transformación en la Ciudad de México”, así lo anunció el pasado 22 de septiembre, lo que el mismo presidente de la república confirmó de propia voz con la clásica aprobación que ha mostrado a todo lo que hace este impresentable funcionario.
El anuncio dejó perplejos a propios y extraños pues el manejo de la pandemia fue tan desastroso que es difícil imaginar un desplante de desvergüenza más cínico en algún funcionario público. Y el que los resultados de la pandemia fueran desastrosos no es una opinión nuestra, es un hecho comprobable a partir del propio cálculo que hizo López-Gatell en agosto del año 2020 cuando dijo que en un escenario “catastrófico”, en México habría 60 mil muertos por Covid y, si como al final de la pandemia sucedió, en el país se registraron 333 mil 913, es obvio que, bajo sus propios parámetros, López-Gatell y este gobierno federal hicieron el peor trabajo posible.
¿Pero qué lleva a este personaje a creer que merece un reconocimiento de la población, cómo es posible que siquiera se atreva a aspirar a un cargo público de mayor responsabilidad si con el que tuvo fracasó rotundamente? La respuesta es sencilla: el apoyo de su jefe; el presidente de la república. Apoyo que le dio durante toda la pandemia, que nunca se debilitó y que en varias ocasiones llevó a Andrés Manuel López Obrador a salir en su defensa. Quizá la lógica detrás de postularlo para gobernar la capital del país sea la necesidad de continuar con la farsa de que hizo un gran trabajo, quizá bajo esa premisa el presidente vea lo oportunidad de sacar provecho de la población afín a Morena que se creyó su cuento, pese a que los datos son incontrovertibles.
Numerosos estudios sobre el exceso de muerte se dieron a conocer durante la pandemia poniendo en duda las cifras oficiales, sin embargo, el escándalo era evidente pues hasta instituciones del gobierno con tradición de gran profesionalismo como el INEGI, informaba de un exceso de mortandad durante 2020 y los dos años posteriores, el tema llegó a niveles tan alarmantes que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), máxima autoridad mundial en la materia, en mayo de 2020 calculó en más del doble los registros oficiales sobre el número de muertes por la pandemia en México, según sus cifras, el exceso de mortalidad en nuestro país ascendía a 626 mil fallecimientos.
Por si fuera poco, México terminó como el cuarto país con más muertos por Covid 19 en todo el mundo, sólo detrás de EU, Brasil y la India, países cuya población es mucho mayor que la nuestra. Pero aunado a esas cifras de terror, todos recordamos cómo López-Gatell desestimó el uso del cubrebocas para proteger posibles contagios, una y otra vez, en donde quiera que se presentara, desestimaba su utilidad, sin importar que la OMS recomendara su uso, sus polémicas y groseras contestaciones lo hicieron un personaje famoso en las redes sociales, en donde muy pronto lo bautizaron como el Dr. Muerte.
Para los terribles años que vivimos todas las y los mexicanos durante la pandemia, el encierro, la suspensión de proyectos, la pérdida de trabajo en muchos casos, la muerte de seres queridos, el contagio mismo y el consecuente padecimiento de la enfermedad que nos llenaba de miedo, para todas esas tragedias que vivimos millones de mexicanas y mexicanos, bajo un gobierno que maquillaba las cifras y que fingía que las cosas iban bien; la postulación de López-Gatell es una ofensa terrible, un acto de cinismo inimaginado, una afrenta a nuestra dignidad y al más mínimo sentido de responsabilidad pública.
Cómo es posible, nos seguimos preguntando, que aquel médico burlón, cínico, grosero, se atreva a pensar en recibir un premio de la ciudadanía de la capital de la república, ¿qué ya olvidó todos sus desencuentros con Claudia Sheinbaum sobre el manejo de la pandemia? Las propias autoridades sanitarias de la Ciudad de México, y la misma ex jefa de gobierno se distanciaron de su actuar, ¿cree López-Gatell que las y los chilangos ya olvidaron su nefasto proceder? Bajo estas circunstancias, quizá esta sea una posible oportunidad para las y los capitalinos, una oportunidad de mostrar en las urnas la calificación que le darán al “Dr. Muerte”; en las urnas se verá.