Todavía ayer por la mañana el presidente López Obrador tenía dudas. En la junta de las 6 de la mañana, el mandatario sabía que se trataba de una reforma trascendental, un cambio en las pensiones después de la reforma realizada a la Ley del IMSS con Zedillo en 1997. Se trataba de poner en el centro al trabajador. El mandatario sabía que era lo correcto. Pero también renunciaba a una propuesta, que una y otra vez se la habían puesto ahí los pensadores de la 4T: una afore única administrada por el gobierno.
El Presidente tomó la decisión correcta. Dejando atrás el canto de las sirenas de la 4T, que le susurraba el utilizar el enorme monto de las afores para el gasto de su gobierno, salvar a Pemex y financiar obras insignias como el Tren Maya o el aeropuerto de Santa Lucía.
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HERRERA Y NORIEGA POR UN LADO, POR EL OTRO, SALAZAR Y HURTADO
El ahorro en las afores ya representa el 17% del PIB. Imagínese el botín que representaba para la 4T.
El presidente López Obrador decidió hacerle caso a un Arturo Herrera, quien no se había pronunciado, sino hasta hace unas semanas, y de manera inteligente. El secretario de Hacienda movió uno de sus alfiles, Carlos Noriega, para ir a negociar con los empresarios.
Desde luego Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, de inmediato tomó la negociación. Y los alfiles de ambos bandos, Hacienda y empresarios se pusieron a trabajar. Por un lado, el titular de Seguros y Pensiones de Hacienda, Carlos Noriega. Por el otro, el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, CEESP, Carlos Hurtado. Ambos se conocían, ambos han sido subsecretarios en Hacienda.
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ALCALDE, MONREAL, CON HERRERA; MORENA Y PT QUERÍAN EL BOTÍN
Y de ahí surgió el primer acercamiento de reforma. Una reforma impulsada por Hacienda, pero también por Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, a quien se le venía encima una verdadera bomba con los primeros pensionados. Incluso, Ricardo Monreal, el presidente del Senado, estuvo a favor de la reforma.
Por el otro lado, en la 4T, estaban los rudos: diputados de Morena y PT, que en el Legislativo veían creativas formas de usar el enorme monto de las afores.
López Obrador apostó por los trabajadores y la certidumbre de sostener las afores.
También por frenar la bomba con los primeros pensionados de afores. Podrán ofrecer una pensión garantizada a quienes tengan afore, por encima de la línea de Bienestar. La pensión garantizada será, por lo menos, de 4,345 pesos, que significa 2.2 veces el salario mínimo.
Vendrán muchos comentarios sobre la reforma de pensiones impulsada por el Ejecutivo. López Obrador sí tomó una decisión clave en su sexenio: apostar por el sistema de afores, incrementar la pensión de los trabajadores, dar certeza, y así desechar la continua propuesta de la Cuarta Transformación de tener una afore única administrada por el gobierno.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 23 de julio de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.