Escuelas de tiempo completo, fideicomisos, refugios de mujeres. El presidente hace parecer que todo es nuevo. Ocurre, por ejemplo, con sus ataques al periodista Joaquín López-Dóriga. Sí, son diarios, pero no nuevos ni los inició él. Joaquín siempre ha estado bajo fuego.
En 2016 el INE le siguió un proceso sancionador en la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, impulsado por los consejeros Ciro Murayama y Pamela San Martín y apoyados por el consejero presidente, Lorenzo Córdova.
Durante la visita del Papa a México, Joaquín criticó los spots en que el INE permitía a los políticos (entre ellos el actual Jefe de Estado), hacer campañas adelantadas para las elecciones de 2018. Y el INE inició un proceso contra Joaquín.
Sí: desde entonces el hoy presidente acusaba a los consejeros del INE de “alcahuetes del régimen de corrupción e injusticias que tanto daño ha hecho a México”; y adelantaba que si llegaba al poder, “el pueblo” (o sea él) elegiría a los consejeros del INE.
Pero el INE buscaba sancionar a Joaquín y abría paso a que el hoy mandatario usara un millón 55 mil spots de radio y TV, al igual que el panista Ricardo Anaya (261 mil 385): ambos en promoción personal, por delante de sus contendientes en sus propios partidos.
El hoy presidente y Anaya cerraban a sus a sus correligionarios la posibilidad de comunicar sus ideas. A ellos debería haber sancionado el INE, por sacar tajada de los tiempos de todos en beneficio personal.
En cambio, el INE quiso amordazar a Joaquín con el argumento (que el hoy presidente utiliza a diario como Jefe del Ejecutivo) de que “la difusión de mensajes que violentan el modelo de comunicación política, al sugerir o incidir en la audiencia de manera negativa”.
Pero no sólo era el INE. Para las elecciones intermedias de 2015, el PRD basó su campaña en definir a Joaquín como su enemigo político (en lugar de poner en esa posición a los partidos rivales), llamándolo “El Papa Joaquín Primero” y “anticristo de Televisa”.
No le sirvió al PRD, pues perdió la mitad de curules en la Cámara de Diputados y la ALDF, y ocho de las 14 delegaciones capitalinas: de cuatro millones 217 mil 895 votos que había obtenido en la elección anterior, bajó a tres millones 924 mil 981.
Ahora los ataques contra Joaquín vienen del Jefe del Ejecutivo y son constantes. Por ejemplo, desde el 23 de marzo hasta ayer, se refirió cinco veces al conductor del Noticiero “López-Dóriga” de Radio Fórmula, entre otros colegas.
Para el mandatario, Joaquín está en su lista de “adversarios”. Eso tampoco es nuevo. Joaquín siempre ha sido “adversario” de alguien.
Pero ahí está.