domingo 07 julio 2024

Los críticos medrosos de la 4T

por Rafael Hernández Estrada

Cual si fuera el último reducto de sus simpatías por la 4T, cierta intelectualidad se refugia en la creencia de que el actual gobierno es fiel a su vocación a favor de los pobres, expresada en la distribución de apoyos económicos a la población. Por ejemplo, los escritores Jorge Zepeda Patterson y Jorge Volpi recurren a una especie de última autojustificación y cierran los ojos a la evidencia que muestran los indicadores estructurales de desarrollo social. Se mantienen en la línea de una crítica tímida, no se animan a salir todavía de la fase de negación. 

Zepeda Patterson (Los corruptores, Milena o el fémur más bello del mundo) publicó que los errores gubernamentales (negros en el arroz les llama) deben entenderse como “una parte evitable de un esfuerzo mayúsculo para reorientar los esfuerzos del Estado en favor de los que menos tienen” (Milenio, 17/11/2022). El periodista-novelista minimiza y justifica así fracasos tan grandes como los del desabasto de medicamentos o la espiral de inseguridad y violencia.

Mostrando más decisión que Zepeda, Jorge Volpi (En busca de Klingstor, Memorial del engaño, La paz de los sepulcros), señaló recientemente que la transformación más asombrosa de AMLO es la de convertir un movimiento popular de izquierda en un gobierno populista de derecha. Agudo, y para no dejar lugar a dudas, comparó a la 4T con el imperio de Iturbide, la dictadura de Porfirio Díaz y la larga dominación del PRI. Sin embargo, coincidió con Zepeda en que AMLO ha cumplido a rajatabla con “los apoyos directos a los sectores más desfavorecidos”, cerrando los ojos al más que demostrado sesgo electorero de los programas sociales cuatroteístas.

Pese a todo, vale contrastar este tipo de opiniones con las de los propagandistas y farsantes de la 4T, quienes de plano sacrificaron su trayectoria profesional (bueno, quienes la tenían) en aras de repetir como pericos las ocurrencias del inquilino de Palacio Nacional. A diferencia de éstos. es creciente el número de intelectuales desencantados de la política de López Obrador. Muchos lo apoyaron en 2018 pero, con el correr del sexenio han pasado de las interrogaciones a las dudas, llegando en algunos casos hasta las críticas y las denuncias del presidencialismo exacerbado, la violación a la separación de poderes, la contumacia, la militarización, la depredación ambiental. En ciertos casos, la venda de los ojos ha caído bruscamente, como ocurrió con la comunidad académica y estudiantil del CIDE y otros sectores científicos y culturales.

Pero quienes, como Zepeda y Volpi se aferran al asistencialismo para seguir justificando el proyecto obradorista, debieran revisar a conciencia los indicadores relevantes de desarrollo social, que muestran, entre otras cosas, que durante este sexenio se redujo el número de personas con acceso a los servicios de salud, se incrementó el porcentaje de familias en pobreza multidimensional, aumentaron los feminicidios y los delitos contra las familias. La desnutrición y las defunciones por diabetes e hipertensión expandieron su número, hubo pérdidas históricas en matriculación escolar y hay una total desatención al rezago educativo.

El investigador del PUED-UNAM Saúl Arellano, refirió esta preocupante evolución (México Social, 04/05/2023). Para disimular el retroceso social, la propaganda del gobierno es cada vez más virulenta y agresiva, presentando logros del gobierno “cada vez más disonantes con la propia información oficial”. El gobierno y su partido recurren a la demagogia afirmando que “se ayuda a los pobres como nunca”, que “ningún presidente se había preocupado tanto por los pobres” y pretende darle a su política tintes épicos. Pero, concluye el estudioso, “los datos son contundentes y permiten sostener que no hay un solo indicador. en ningún rubro estructuralmente relevante. en que haya avances sustantivos” para erradicar la pobreza.

Bien harían Zepeda y Volpi si consultan las estadísticas y reflexionan sobre lo que los datos duros indican. Apartarían así de sus opiniones la demagogia y las justificaciones características de la narrativa obradorista.

Cincelada: Si el gran Carlos Monsiváis aun viviera, continuaría ironizando y denunciando El Dedazo, El Tapado y El Acarreo, a diferencia de quienes nunca pasaron de ser sus amanuenses.

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