viernes 05 julio 2024

Los farsantes de la academia o cuando la ignorancia no se puede esconder

por Marco Levario Turcott

1. Para ser presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano se debe tener título universitario y cédula profesional. Jenaro Villamil no reunió el requisito pero presentó su historial académico y eso bastó para que el Senado de la República lo aprobara en el cargo. Luego se hizo maestro en magia y desapareció antenas.

2. Martí y Lenia Batres estudiaron en la UNAM pero privilegiaron el activismo político a la academia y desertaron. Ambos se titularon en la Universidad Humanitas, que no pide tesis. (El primero es experto en leche con caca y campañas negras, la segunda en mandar a chingar a su reputísima madre a la más pintada)

3. Abraham Mendieta se dice Maestro en Política Mediática por la Universidad Complutense. Pero en esa institución no hay registro de algún trabajo de maestría hecho por él. En realidad tomó un diplomado sin validez oficial en la Complutense que sus organizadores llamaron “Master”.

4. Delfina Gómez dice, precisamente, que es licenciada por la Universidad Pedagógica Nacional pero en esa institución, precisamente, no existe ninguna tesis realizada por ella. Precisamente dice tener dos maestrías. Una en el Tec de Monterrey, precisamente, en la que se graduó con una tesis que plagió a muchos autores. La segunda maestría la hizo, precisamente, en un tal centro de Estudios Superiores en Educación, institución que tampoco tiene registro de una tesis suya. No existe, precidamente, una cédula que avale esa “segunda maestría”.

5. Esto no es falso ni exagero. Ana Elizabeth García Vilchis de todas mis consideraciones dijo que tenía dos carreras y eso es falso, lo que en todo caso la hace pasante en mentiras con aspiraciones de licenciatura. En realidad, sólo tiene bachillerato. AMLO dijo de ella que no sabía leer pero que no decía mentiras. En realidad, no sabe leer pero sí dice mentiras, incluso cada semana.

6. Andrea Chavez, tomé un vinito y relajese, mire la Luna. Usted se dice abogada, que estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Juárez pero en la institución no hay ningún registro de ningún trabajo de grado a su nombre. Tampoco existe cédula profesional alguna. Mire a su alrredor, no hay ninguna conjura misógina en su contra.

7. El 15 de marzo de 2022, Ulises Lara le dijo a Joaquín López-Dóriga que era abogado cuando, más bien, era licenciado en Sociología. No reunía el requisito de tener licenciatura en Derecho y cédula profesional para ser fiscal de la CDMX. Pero eso no fue problema y, una vez que Ernestina Godoy fue rechazada por el congreso capitalino para seguir en el cargo, el 9 de enero de este año, Ulises Lara logró una licenciatura de parte de una universidad patín llamada Cúspide de México cuyas instalaciones asemejan a un taller mecánico. De inmediato, la SEP le dio la cédula profesional a este ex lider del CEU y asunto resuelto.

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