lunes 08 julio 2024

México tendrá una mujer al frente del gobierno

por Luis Berman

¿Será que por primera vez, una mujer ocupe la silla presidencial en México por primera vez? Al día de hoy por lo menos, todo indica que dos mujeres se debatirán entre la famosa continuidad de transformación del país y el escepticismo, tras el nombramiento de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez como candidatas, la primera del oficialismo y la segunda de la oposición.

Sin duda, esto nos habla de una realidad; En México las mujeres han logrado gran relevancia en el panorama político, y es un hecho inalterable, a pesar del machismo que todavía se respira en esas esferas del poder.

Morena, el partido oficialista liderado por Andrés Manuel López Obrador, designó como ya se sabía desde hace meses, como su abanderada a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien a pesar del circo bien montado, diciendo que venció en cinco encuestas por amplio margen, la mano del macuspano siempre estuvo detrás y el resultado no sorprendió a nadie.

En tanto, la senadora arropada por el partido blanquiazul, Xóchitl Gálvez, empresaria de 60 años, fue designada como aspirante del frente amplio por México, conformado por las tres fuerzas políticas de oposición.

“Hoy decidió el pueblo de México”, dijo Sheinbaum, en su primer mensaje como candidata, donde destacó que la unidad del partido “es fundamental” de cara a las presidenciales y luego que el ex canciller Marcelo Ebrard, otro de los aspirantes, desconoció la validez del proceso.

Hasta el momento, sin un tercer candidato en el horizonte, será la primera vez que dos mujeres compitan por la presidencia de un país azotado por la violencia del narcotráfico, una fuerte ola de feminicidios y con larga tradición machista. Este duelo entre mujeres, pinta para ser un choque de orígenes, personalidades y estilos.

Un dato tajante, es que en promedio once mujeres son asesinadas diariamente en México, principal socio comercial de Estados Unidos y segunda economía latinoamericana después de Brasil, según datos oficiales. La responsabilidad para cualquiera que quede al frente de este país, es enorme.

Sheinbaum, se dice hija del 68, quien dice según ella, reivindicar la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX. Esas parecen ser sus cartas fuertes. Sin embargo, en contraste con su patrón, López Obrador, ella está alejada del origen humilde, pues es procedente de una burguesía capitalina. Y así, promete continuar el camino trazado por Andrés Manuel, que incluye por supuesto la narrativa de defender a los más pobres, incluyendo a las comunidades indígenas.

Gálvez por su parte, por lo general vestida con huipil, de tradición indígena, es originaria de un pueblo del central estado de Hidalgo. Nacida en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza. Es Ingeniera y emprendedora exitosa. La caracteriza un lenguaje florido y nada convencional para los estándares de la clase política de nuestro país. Sin duda, esto le suma puntos ante los votantes.

“Mi regla de oro: no quiero rateros, ni huevones, ni pendejos”, dijo en entrevista con la AFP. Afirma también que combatirá la violencia con “ovarios”. “Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ+ y de las mujeres”, expresó.

Frontal y con temperamento, Xóchitl Gálvez, cree que puede recuperar terreno después de haber despertado y unificado a la oposición en apenas dos meses de campaña.

La palabra “estrategia” se deriva de un vocablo griego que originalmente estaba relacionado con la guerra. Las estrategias deben de ser fuerzas impulsoras básicas que superen nuestras debilidades y satisfagan las expectativas de los ciudadanos. Existen estrategias para prácticamente todas nuestras actividades, desde el vestirnos, hasta la política y sobre todo para la forma de emitir mensajes.

Las piezas en el tablero de ajedrez, apenas se están colocando; todavía no hay un solo movimiento y ya hay muchas expectativas. Las lecturas que dan lo mismo analistas políticos, que comentaristas y usuarios de redes sociales, vislumbran un escenario caótico y lleno de marrullerías. Esperemos que haya de todo, menos tragedias.

López Obrador no escatimará en echar mano de todo el poder de estado para lograr el objetivo de mantener a su partido en el poder. Por otro lado, la oposición, deberá medir sus pasos y afinar bien cada movimiento. Cualquier paso en falso, puede tirar lo avanzado hasta ahora.

Faltan las piezas de Dante Delgado y su partido naranja todavía. No hay nada escrito y hoy más que nunca, puede suceder cualquier cosa. Todo indica que las próximas elecciones serán las más violentas en décadas.

Por el bien de México, hoy más que nunca, la sociedad civil está obligada a participar y dar un gitro de timón en el curso que lleva el país, de lo contrario, estamos condenados a regresar a vivir un régimen tanto o más abusivo que el que se vivió con el PRI durante más de 70 años.

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