Por mucho que se afirme que las campañas presidenciales son un circo en el que “conecta” más quien más payasadas monte a diario, no deja de ser irritante para la inteligencia de las personas que los candidatos crean que las elecciones se ganan con las emociones y no con las razones.
Ayer, por ejemplo, en un acto político del Frente PAN-PRD contra el gobierno federal, encabezado por Javier Corral, un grupo de mujeres seguidoras del gobernador de Chihuahua expuso una manta que decía:
“Las mujeres no necesitamos sexo porque el gobierno nos la mete sin besito y tómala”.
Es triste que algunas mujeres de Chihuahua trivialicen la política de esa manera, cuando, gracias al gobierno de Corral, se han convertido en las más expuestas del país a los feminicidios, con 171, además de 142 desapariciones. En total, en el primer año de gobierno de Corral, fueron asesinadas mil 739.
Y el aspirante presidencial independiente Jaime Rodríguez, El Bronco, dijo también ayer que su caballo come menos que su esposa, y le sale más barato que ella, al responder a una pregunta sobre el gasto hecho para recolectar las firmas que le permitan estar en las boletas el 1 de julio.
“Mi caballo no me cuesta mucho: come zacate, alfalfa y aquí hay, y un bulto de alimento por semana. Mi caballo anda conmigo como anda mi vieja y come menos que mi vieja. Entonces me sale mucho más barato mi caballo que mi vieja”.
Antes, AMLO había hecho su aporte, en el spot para radio y televisión llamado Rebelión en la granja: “Pueden postular a una vaca o a un burro, y gana la vaca o gana el burro. Son los mismos fulanos y menganos, puercos y cochinos, cerdos y marranos”.
¿Es eso conectar con la gente, apasionar, encender las redes? ¿Es, en cambio, una campaña de bostezo la de José Antonio Meade, porque no se suma al circo y reclama que “México no puede improvisar en la economía, necesita propuestas que generen confianza y lo conviertan en una potencia mundial”?
Pues no deja de resultar inquietante que no son precisamente minoría quienes consideran que “conectar” es lo que hacen el Frente PAN-PRD a través del cartel de las mujeres de ayer en el acto de Corral; los chistoretes de El Bronco y las ofensas de AMLO.
Son muchos los que prefieren el lenguaje coloquial, que impide entablar polémicas serias, porque, es una verdad difícil de cuestionar: la cultura del debate no acaba de establecerse entre los políticos mexicanos; a la mayoría le falta un fuerte acento deliberativo.
Que a nadie asombre que “la nota” de hoy sea aquello de…
“Mi caballo es más barato que mi vieja”.
Este artículo fue publicado en La Razón el 15 de enero de 2018, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.