Empecemos esquemáticamente:
PRI hegemónico = no democracia, sin IFE-INE.
Transición democrática = IFE, contra PRI hegemónico.
IFE/INE = democracia, por elecciones federales democráticas.
No INE = no democracia, pues no habría elecciones nacionales democráticas.
Obradorismo = no INE = priismo.
Reforma electoral obradorista = no democracia real = autoritarismo electoral, priista/morenista.
Lo que se presenta de forma esquemática es un contenido histórico, por un lado, y realista y preciso, por otro.
¡Cuidado!
Se llama a defender al INE. No es cosa panista sino democrática. José Woldenberg no es panista, es demócrata. Roger Bartra no es panista, es demócrata. Yo critico al PAN y defiendo al INE. No tomo partido por ningún partido, tomo partido por el INE y desde ahí por la democracia multipartidista.
¿Por qué defender al Instituto? Porque es democrático. Hace elecciones en las que gana quien obtiene más votos ciudadanos, lo reconozca o no quien pierda. No hay democracia sin elecciones como ésas, elecciones democráticas. Puede haber democracias que tengan más que elecciones pero no hay democracia sin ellas. Puede haber elecciones sin democracia pero no democracia sin elecciones. Y en México –por el pasado y el presente de México- no puede haber democracia sin el INE, porque no puede haber elecciones democráticas sin algo como él. Ese algo no es el “INEC” que desea López Obrador. Lo que quiere AMLO no es como el INE o IFE sino como lo del PRI hegemónico y por tanto autoritario. Si se aprueba la reforma obradorista dejaría de haber elecciones democráticas porque su “INEC” es una trampa y sería provisional: sólo un paso hacia elecciones partidistas (morenistas) organizadas directamente por el gobierno central (obradorista) desde la secretaría de Gobernación. Como hacía el PRI. Eso en lo que Manuel Bartlett se especializó en la década de los setentas y “destacó” en la de los ochentas. Así que sin INE no hay democracia. Sin INE no la habría. Lo que habría eventualmente es un nuevo PRI, el regreso a un partido hegemónico con el nombre de Morena.
¿Qué era el PRI dominante del siglo XX? Autoritarismo. Un régimen autoritario, no uno democrático. No era democracia alguna. Sus elecciones no eran democráticas. Repito, si hay elecciones no necesariamente hay democracia, pero si hay democracia necesariamente hay elecciones. Elecciones democráticas. Y si hay elecciones democráticas necesariamente hay régimen democrático, aunque si hay este régimen no necesariamente hay sólo elecciones. Elecciones sin democracia era el PRI de antaño. Autoritarismo electoral. Elecciones con democracia es el INE. Democracia por elecciones. Por eso hay que defenderlo. Por eso es debido y necesario defender nuestro Instituto Nacional Electoral.
No es perfecto, no, porque de entrada ninguna organización puede serlo, pero el INE no es lo que dice el presidente, y no sólo no es eso sino que está muy lejos de serlo. Puede ser mejorado –perfeccionado- pero cualquier ajuste al Instituto no puede ser mejora si viene de quien lo odia. AMLO odia al INE, no puede mejorarlo. Ni le conviene reemplazarlo por algo hipotéticamente superior. No quiere mejorarlo, quiere matarlo, y el INE no merece morir. No debe morir: si muere, con él moriría la democracia.
¿Por qué no es posible prescindir del INE sin matar la democracia? Por varias razones entrelazadas:
1) México no es una democracia consolidada. Hubo transición electoral a la democracia pero no consolidación democrática del régimen postransicional. La democracia mexicana, más allá del IFE/INE, era y es deficitaria, de baja calidad, se deterioró rápidamente –con AMLO haciendo su parte para deteriorarla antes y después de alcanzar la presidencia en una elección organizada por el INE-, y no ha tenido una gran vida sino que sólo ha sobrevivido, gracias sobre todo al Instituto (si hay consolidación democrática hay duración y por eso supervivencia del régimen democrático, pero si hay supervivencia no necesariamente hay consolidación). Insisto: lo mejor que tiene nuestra democracia es, por mucho, el INE, pieza que de hecho la sostiene.
2) El pasado priista formó una cultura política autoritaria que no ha desaparecido. Pervive en muchos sectores políticos y sociales. A esa cultura no le gustan las elecciones democráticas que llevan a una representación política plural.
3) Existen, precisamente, actores relevantes como López Obrador y muchos de sus incondicionales, actores de cultura política priista.
4) En este país no existe generalizadamente una cultura democrática superior que por sí misma haga viable un sistema electoral sin INE.
En resumen y para recordar:
PRI = no democracia, no IFE-INE.
IFE/INE = democracia.
No INE= no democracia.
Obradorismo = no INE = no democracia = priismo = autoritarismo.
AMLO representa el nuevo autoritarismo priista. Debemos hacer todo lo democráticamente posible para impedir que destruya al INE.