Le podrán dar vueltas a los debates entre las “corcholatas”, pero no les va a quedar de otra, porque además de necesario políticamente así se sabrá más o menos qué es lo que piensan, quisiéramos creer que tienen ideas y proyectos más allá de continuar con la línea presidencial.
Si se trata de jugar a lo que hace la mano hace la tras, las “corcholatas” no podrán pasársela en zona de confort esperando que la encuesta, pero sobre todo el Presidente decidan. Van a tener que enfrentarse al paso del tiempo político, porque las exigencias no empiezan y terminan en Morena, serán también de la sociedad en su conjunto más allá de filias y fobias.
Por ahora se ven como una inquietante extensión del Presidente con todo lo que esto conlleva y significa e interpreta. Tendrán que confrontar sus ideas y proyectos para que sepamos quiénes son. En primera instancia suponemos que es una exigencia de los furibundos morenistas para que vaya teniendo un criterio respecto al futuro antes de que seguramente el Presidente tome partido.
Bajo diferentes escenarios las “corcholatas” llevan cuatro años bajo la fórmula de seguir al Presidente como si todo empezara y terminara en él. Quizá quien aparece más alejado de esta condición es Marcelo Ebrard, pero la perfilada “corcholata” y el titular de Gobernación siguen al Presidente replicándolo en todo foro al que pueden asistir en sus manifiestos procesos de precampaña.
La lealtad de los suspirantes hacia el Presidente no es tema, es un debe. La cuestión es hasta dónde llegará Marcelo Ebrard en el caso de que el piso no sea parejo, como de hecho ya lo va siendo, y que la decisión le sea de nuevo adversa, como ya le ha pasado.
Lo que se tiene que considerar dentro de Morena y la sociedad es el hecho de que quien sea la o el candidato debieran tener peso propio, porque lo contrario significa ser una extensión de López Obrador. No habrá otra que pensar, suponer y perfilar que a futuro el tabasqueño estará detrás de la gobernabilidad del país, lo cual independientemente de militancia y lealtades es un riesgo y un retroceso histórico inimaginable.
Como sociedad no se puede aceptar y por más que algunos en Morena sueñen con ello, reiteramos que para todos el costo histórico es brutal.
Varios debates entre las “corcholatas” deben servir para conocer perfiles de los personajes, que si nos atendemos al aquí y ahora las perspectivas indican que muy probablemente uno o una de ellos alcanzará la Presidencia.
El método de elección será a través de una encuesta, pero por la forma en que ejerce el poder López Obrador no se ve cómo pueda dejar por la libre una decisión que le afecta de manera directa en lo personal y en su proyecto.
La experiencia con las encuestas no es precisamente de lo más afortunada para Morena. Para hablar de lo que pasó en Coahuila el candidato perdedor se quejó del desarrollo de la encuesta, porque la consideró injusta y cargada.
Seguramente a Ricardo Mejía Berdeja no le quedará de otra que apechugar en la mañanera de hoy, pero desde donde se vea de nuevo se abrió una grieta lo que confirmó la lucha por el poder, pero también las dudas que entre muchos y muchas al interior del partido generan las encuestas.
El peso contundente del Presidente es una de las claves. Una de las formas que tendrán los militantes, más allá de su seguimiento a veces fervoroso hacia el Presidente, para poder conocer quiénes y cuáles son sus opciones serán los debates.
Lo van a tener que hacer como principio y más allá del Presidente. Hoy queda claro quiénes quieren y quiénes no quieren.
RESQUICIOS.
Se terminó el sueño y parte de la esperanza de Marruecos. No es cualquier cosa disputar el tercer lugar en un Mundial. El tiempo dirá si estamos ante un momento efímero o Marruecos se consolida como una potencia media. El juego tuvo pasajes inolvidables, al final Francia apareció como un justo ganador. La final pinta para colarse por siempre en la memoria futbolera.
Este artículo fue publicado en La Razón el 15 de diciembre de 2022. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.