Pueden pasar muchas cosas en estos días sobre la Reforma Eléctrica. Por ejemplo, la decisión de un diputado del PRI, quien optó por hacerse a un lado, fue perfilando su apoyo a la reforma de manera bastante obvia. Queda la impresión de que el legislador terminó entregándose más que optar por un proyecto u otro.
La oposición ha logrado un consenso, lo cual puede impedir la aprobación de la multicitada reforma, siempre y cuando no se vayan intensificando los casos de legisladores que antes y durante la votación se sumen a la Reforma Eléctrica del Presidente, como el caso referido del diputado del tricolor.
No hay indicios de que a lo largo del proceso el Presidente haya estado dispuesto a negociar. Se ha dicho que no simpatizaba con la idea del Parlamento Abierto lo que al final de alguna manera se confirmó, porque poco o nada de lo que se dijo en ese muy importante foro fue considerado.
Las propuestas que retomó Morena de la oposición no eran las consideradas como significativas y necesarias para el debate. A decir de algunos legisladores hubiera sido importante que las incluyeran como parte de un intento de negociación para sumar votos de cara al domingo.
Estamos ante uno de los momentos importantes del sexenio. A pesar de que el Presidente asegura que tiene un plan B con la propuesta de una ley minera, ante la muy probable negativa de que se apruebe la Eléctrica, no se puede sustituir una por otra por la relevancia que tiene el tema eléctrico.
De igual manera, con el tema del litio, más allá de que por derecho y por estar en territorio nacional sea nuestro, tiene que pasar por el tamiz del T-MEC. Nos decía Ken Smith, negociador del TLC y del T-MEC, que inevitablemente se va a tener que abrir un espacio al interior del tratado para pormenorizar los detalles sobre el asunto; por cierto, no está claro en dónde se encuentra el litio y qué tanto tenemos en el país.
Lo que parece que se viene es que el Presidente va a perder la partida el domingo. Es un revés que en su análisis sería bueno verlo como una secuela de las elecciones de 2021. La oposición creció sin que por ello perdiera la mayoría Morena; sin embargo, el movimiento electoral llevó a una nueva correlación de fuerzas en el Congreso.
La disyuntiva para el Presidente desde el inicio de su administración era pasar a otro momento muchas de las cosas que se han instrumentado en el primer trienio. Como se sabe no hay espacio para los hubiera, pero queda la impresión acorde al proyecto presidencial que no había condiciones para proponer la Reforma Eléctrica en la primera etapa.
Recordemos las muchas negociaciones sobre diferentes asuntos que se llevaron a cabo en la pasada legislatura, las cuales eran fundamentales para el Presidente y su proyecto sexenal. Siendo la sugerencia que quizás muchos de sus proyectos hubieran quedado truncos.
Los resultados del pasado proceso electoral de alguna forma están condicionando asuntos de importancia para el Presidente y Morena. No perdamos de vista lo que pasó en la capital, en donde la “llamada izquierda” ya no tiene el control pleno, lo que lleva a suponer que tendremos elecciones complejas en el 24 sin que necesariamente esté en entredicho el eventual triunfo de Morena; lo que es un hecho es que no será una elección “fácil” como lo ha sido en pasadas ocasiones.
Lo que habrá que revisar es qué tanto puede afectar al Presidente una derrota en el Congreso en uno de sus proyectos estratégicos.
También habrá que ver cuáles son las secuelas de la desigual consulta de revocación de mandato, la cual no está como para estarse presumiendo.
Vienen definiciones importantes en un domingo que no será un domingo cualquiera.
RESQUICIOS
Otro foco rojo en materia de feminicidios es Morelos. Mientras no se unan los esfuerzos de las dependencias con convicción, organización, y mientras no tengamos una estrategia nacional, las cosas seguirán igual, como en NL, Morelos, Edomex, Zacatecas, Veracruz…
Este artículo fue publicado en La Razón el 15 de abril de 2022. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.