La gran apuesta del gobierno obradorista era volver a Pemex la gran empresa nacional, el orgullo del desarrollo mexicano. Y para lograrlo, el presidente López Obrador comenzó su mandato, hace menos de dos años, con la meta de elevar la producción petrolera. La subiría de un escaso 1.9 millones de barriles diarios a 2.5 millones de barriles diarios. A Pemex se le quitaron impuestos, se le ayudó con su deuda, al principio se le dio presupuesto para exploración y producción, y fue dirigido por un hombre de confianza del mandatario, Octavio Romero Oropeza, el ingeniero agrónomo que ya había sido oficial mayor en la Ciudad de México.
Dos años después, Pemex no sólo no pudo elevar su producción, sino que la ha ha visto caer hasta regresar a los niveles de octubre de 1979, 40 años atrás.
En julio, Pemex produjo solamente 1 millón 548 mil barriles diarios.
LÓPEZ OBRADOR Y NAHLE CONFIABAN EN 1.7 MDB
Es una situación complicada para el gobierno. El presidente López Obrador, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, estaban tan confiados de elevar la producción petrolera, que México buscó imponerse en la OPEP para no reducir la producción de Pemex en menos de 1.7 millones de barriles diarios, que ahora ni siquiera los podemos producir.
El capítulo de las negociaciones con la OPEP fue ríspido. Pero López Obrador y Nahle confiaban en la producción de Pemex y, ahora, lamentablemente, estamos 150 mil barriles debajo de la meta permitida por el organismo petrolero.
Se sabía que reactivar los pozos de Pemex no sería sencillo: era una inversión multimillonaria. Esos enormes costos hicieron que en el sexenio anterior, se recurriera a la inversión privada en aguas profundas. Las rondas petroleras, donde participaba la inversión privada, se cancelaron para abrir paso, únicamente a Pemex en la exploración y producción.
Se sabía que se dejaba de lado la otra apuesta, la de energías renovables, para dejar paso al combustible fósil.
El actual gobierno se lanzó a reactivar Pemex. Hoy la empresa petrolera ni siquiera ha podido sostener los ritmos de inversión en exploración y producción. Tiene una enorme deuda financiera que pone en riesgo la calificación soberana del gobierno mexicano.
Y estamos regresando a la producción de petróleo más baja desde octubre de 1979, antes de Cantarell, y continuamos importando 7 de cada 10 litros de gasolina.
IP, OTRA VEZ CON LÓPEZ OBRADOR
Para la reactivación es indispensable crear un mejor clima para la inversión privada. Ayer, en Palacio Nacional como invitados al 2º Informe de Gobierno de López Obrador, se volvieron a ver, como previo de la pandemia, a los dirigentes de organizaciones empresariales. CCE (Carlos Salazar), CMN (Antonio del Valle), Concamin (Francisco Cervantes) y Cocanaco (José Manuel López Campos). Anunciaron que sí habrá un plan de reactivación, donde volverán a palomear proyectos de inversión público-privados, e incluso los de energía. Después de tantos encuentros y desencuentros, esta vez será cierto. Esperemos, para mejorar el alicaído clima de inversión.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 02 de septiembre de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.