Las pasadas elecciones de Coahuila y Estado de México, dejaron un panorama agrio frente a lo que viene; por supuesto me refiero a las elecciones de 2024. Aquellas que sin temor a equivocarme, definirán el futuro, ya no de nosotros directamente, sino de las generaciones que vienen atrás.
Y digo agrio, porque todo parece indicar que el plan de López Obrador le está funcionando a la perfección. Las corcholatas ya están listas para lo que venga. Y es que Independiente de la animadversión hacia la 4T, que podamos tener quienes no comulgamos con tal aberración política, lo que es un hecho, es que su maquinaria la tienen muy bien aceitada; cosa que la alianza no tiene, ni de lejos. Entre ellos se están despedazando y todos quieren ser el bueno.
La idea de que México se pueda convertir en algo similar a Venezuela está latente, pero ¿Se puede comparar lo que sucede en México con Venezuela? Hay quien dice que ningún país es comparable con otro porque los actores y el contexto son diferentes, o bien porque cada uno tiene una historia distinta. Sin embargo, la ciencia política comparada opina que sí se puede: es el mundo de los estudios de caso.
Por ejemplo, lo que acabamos de ver en estas elecciones pasadas. Andrés Manuel López Obrador, ha insistido hasta el cansancio, que quiere desaparecer al INE, porque si gana el partido o candidato que me gusta, la democracia funciona y el pueblo soberano ha emitido su voto con claridad. Pero si pierde, entonces hubo fraude, la democracia ya no funciona o, de plano, les han lavado el cerebro a los votantes. Es así, que el riesgo de vivir una convulsión democrática el próximo 2024, es una realidad. De la misma manera que sucedió en Venezuela.
Nos queda claro que la intención de desaparecer al INE por parte de López Obrador, es para poder hacer y deshacer a su voluntad, pues el descaro con el que hacen propaganda sus corcholatas es reprobable y digno de sanción por parte de las autoridades electorales. Algo que obviamente, no le gusta al macuspano.
Ya lo dijo López Obrador fuerte y claro: “no me vengan con que la ley, es la ley”, a él no le gusta cumplir la ley y menos que lo obliguen. Razón por la que con este nuevo INE con Guadalupe Taddei al frente, pareciera que el mismo Andrés Manuel se siente más cómodo, de hecho tanto que ya incluso invitó a los consejeros electorales a comer a Palacio Nacional. Y todos sabemos para qué son ese tipo de invitaciones a comer: “O hacen lo que yo digo, o hay consecuencias”.
Por otro lado y regresando a la comparación (si quieren burda) con Venezuela, tengamos presente que lo que terminó por apuntalar a Hugo Chávez en el poder fue la apatía y el abstencionismo.
Los venezolanos no prestaron atención al clima político o lo subestimaron, y no supieron leer la catástrofe que ya asomaba la cabeza. No votaron en elecciones clave y hoy, varios años después millones de personas lo siguen pagando muy caro. ¿Será que estamos dispuestos a aprender? ¿o nuestra arrogancia, egoísmo, desinterés y apatía no nos lo permite?
Los mexicanos nos encontramos al borde de caer por completo en las fauces del autoritarismo en pleno; la falta de libertades, aumento de la pobreza, escasez de alimentos y medicamentos, fracaso del sistema de salud, militarización, falta de independencia de poderes, el colapso democrático, violación sistemática de derechos humanos y un largo etc. Y digo que estamos por caer, porque todo lo anterior ya lo estamos viviendo, pero siempre puede ser peor. Y lo acabamos de ver con la eliminación de las Normas Oficiales de Salud.
¿Se han preguntado por qué Cuba exporta médicos al país que se deje? Mi amigo “El Balsero” un cubano con una crítica incisiva, me compartió algunos datos reveladores al respecto:
Comencemos porque es una forma de esclavitud moderna. El médico profesional solo recibe el 15 o el 20% de su salario y el resto se lo queda la dictadura.
No todos son médicos, son militares o agentes de la inteligencia cubana que vestidos de batas blancas entran a esos países a imponer el adoctrinamiento para lo que en verdad son enviados.
Desplazan a los médicos de dichos países so pretexto que son tan conservadores y burgueses que no quieren ir a las zonas marginales ni remotas del país a salvar vidas. Y desde ahí empieza la penetración. Juegan un papel como médicos especializados en prevenir enfermedades y los ubican en barrios pobres o poblaciones inaccesibles, por lejanas o peligrosas. Su misión fundamental es entrenar, adoctrinar y politizar esas regiones. Esa es su misión verdadera, menos salvar vidas. Su pobreza es culpa del pasado. Y nosotros seremos diferentes, les dicen a los habitantes.
¡Ojo aquí! Para hacer esto en Venezuela, eliminaron todas las normas oficiales de salud, para que de esta manera se liberara al gobierno de Chávez de brindar un servicio universal e integral a su población.
Estas normas tienen que ver con los protocolos de atención, prevención y tratamientos contra el cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades de transmisión sexual, y hasta la lactancia materna. Más de 14 enfermedades quitaron de los protocolos de salud en Venezuela en el año 2001.
Aquí, la 4T acaba de hacer exactamente lo mismo. Desaparecerán los médicos de protocolos y los ciudadanos ya no recibirán estos servicios en los hospitales del seguro social porque no le corresponderá al gobierno darle esa atención que no está en las normas, por lo tanto no se le puede exigir, ni denunciar.
Es aquí donde entran los “salvadores” que atenderán gratis, que no salvarán a nadie de nada; los supuestos médicos de la dictadura cubana. La causante de toda la desgracia en Cuba y en Latinoamérica.
Se dice que a la fecha, más de 35 mil supuestos médicos cubanos han entrado a desplazar y descomponer el sistema de salud. Y gran parte de los mexicanos, ni cuenta se han dado.
Lo rescatable en el caso de México, es que la sociedad civil en nuestro país, parece ser más fuerte que la venezolana cuando comenzó el régimen chavista. Justo esta es la clave para la defensa de la democracia y las libertades civiles. Sobra decir, que por lógica y sentido común, si continúa el gobierno de la 4T por el mismo camino del socialismo del siglo XXI que Venezuela, tendremos los mismos resultados que ese país.
Así que a hacer maletas y salir huyendo de aquí, o a enfrentar a este desgobierno y defender a nuestro país ¿cómo? Involucrándonos, votando, cuestionando, opinando y quizá lo más importante, exigiendo resultados positivos al gobierno.