La redistribución del poder en el mundo que sigue a la invasión a Ucrania, agarra al presidente de México abrazado a los países cuyo estilo de vida sólo seduce a Yeidckol Polevnsky mientras cena en las Lomas de Chapultepec: Rusia, China, Cuba, Norcorea.
En el nuevo orden mundial, México vota en foros internacionales contra el grupo líder en libertades, economía, tecnología, universidades y energías limpias, integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia.
Porque en esta redistribución del poder, el presidente está convencido de que la región que mayores oportunidades ofrece es América Latina, a pesar de que en su vida sólo ha visitado cuatro países de la zona.
En una región gobernada, casi toda, por presidentes de la izquierda populista tutelada desde Cuba comunista y sin elecciones en seis décadas, el presidente mexicano propone construir “algo semejante a la Unión Europea”.
Mientras, cada día se aleja más de Estados Unidos, con una retórica antiestadounidense disonante con la relación comercial con el vecino, que deja 500 mil millones de dólares anuales, y donde viven 38 millones de mexicanos.
Por eso Estados Unidos excluye a México de su mirada para los próximos 50 años, dirigida a Australia, en el Pacífico; y Reino Unido, en Europa, con los que sí comparte valores, intereses estratégicos, geopolíticos y económicos.
Hay que notar que Estados Unidos se siente cada vez más incómodo con el T-MEC, por el desinterés de México en tener marcos duraderos para las energías renovables, combate al cambio climático, seguridad y migración.
El presidente torpedea la relación hasta con el horario. A la Casa Blanca le preocupa la iniciativa del mandatario para eliminar el horario de verano, pues trastocará en dos horas el cruce y la operatividad del otro lado de la frontera.
La idea del presidente es que su principal socio comercial se quede para siempre en el horario de verano y México se quede para siempre con el horario de invierno. Total, que se afecte el intercambio de 500 mil millones de dólares al año.
Al fin que la región de las oportunidades es la gobernada por los Díaz-Canel, Ortegas, Maduros, Arces, Bukeles, Petros, Fernández-Kirchners y los que vuelvan al poder como los Lulas, Evos, Correas: puro productor de riqueza.
Dice el presidente mexicano: “Nosotros iniciamos una nueva etapa en el resurgimiento de los movimientos con dimensión social en nuestra América, hay un esplendor de gobiernos progresistas en América Latina”.
Las necesidad estratégica de Estados Unidos con México, hoy, es que detenga migrantes que quieren llegar allá para mandarle remesas a los Díaz-Canel, Ortegas, Maduros, Arces, Bukeles, Petros, Fernández-Kirchners…
Y que con ellos cristalice el presidente de México su idea de “Unión Europea, pero apegado a nuestras identidades”.
Enjoy.