lunes 08 julio 2024

Plan C: ciudadanos, coraje, corazón, convicción

por Tere Vale

Creo que irremediablemente esta semana quedará aprobado por Morena y sus secuaces (PT y cualquier cosa que sea el Partido Verde) el lamentable Plan B. Para que nos hacemos bolas. Así será.

Ya dijo el senador Monreal que esta semana comenzará a discutirse este asunto, no se darán más largas pues. Pero por más que esto suceda y que el bloque opositor dé razones contundentes e invite a la reflexión sobre el peligro para la democracia que conlleva la aprobación de estos cambios a la ley electoral, el regresivo plan B se publicará y entrará en vigor para su aplicación. No queda de otra.

Lo que sucederá a partir de ese momento también lo sabemos. Estas modificaciones violatorias de la Constitución a cuatro leyes electorales serán impugnadas por su inconstitucionalidad y la SCJN tendrá la decisión final entre sus manos.

A partir de este momento bien a bien no tenemos certeza alguna de lo que pueda suceder. En el seno del máximo órgano judicial ¿se conseguirán los 8 votos mínimos necesarios para detener la destrucción del órgano electoral hasta hoy autónomo?, ¿cuántos serán los ministros a modo que obedecerán sin pudor las instrucciones del presidente López Obrador para consumar su venganza personal? Pienso que la moneda está en el aire. Parte de este peligroso juego autoritario se resolverá dependiendo de la actuación de unos cuantos ministros o ministras, como la Sra. Yasmin Esquivel (que ahí sigue, por supuesto) o la ministra Loreta Ortiz y un par más que no sabemos cómo se van a comportar a la hora de la verdad. Tendremos que esperar.

Lo que esta en riesgo es mucho. Un recorte presupuestal severo que impedirá la correcta operación del INE durante los procesos electorales; el despido absurdo de trabajadores profesionales de carrera: la reducción drástica de la estructura nacional del instituto y de los organismos electorales locales (OPLES); la desaparición de salas del Tribunal Electoral (TFPJF): el traspaso de votos de un partido a otro, mejor conocido como la “cláusula de vida eterna”, de gran beneficio para los partidos satélites; la desaparición del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), entre otros muchos cambios que podrán en riesgo la certidumbre y transparencia que con tanto esfuerzo hemos logrado en los procesos electorales de nuestro país, desde hace al menos 20 años.

Para evitar que todo esto suceda estamos obligados los demócratas de México a levantar la voz y oponernos firmemente a estos cambios que afrentan las libertades a las que todos los ciudadanos tenemos derecho.

No se trata de apoyar al consejero fulano o al consejero perengano, se trata de defender con uñas y dientes a una institución que logramos construir entre todos, durante muchos años para lograr elecciones limpias y respeto a nuestro voto.

El plantón en el Zócalo el próximo 26 de febrero deberá ser una muestra de unidad y voluntad ciudadana para luchar por nuestra democracia e impedir que una tiranía rapaz siga destruyendo a nuestras instituciones.

Con fuerza y valentía, con la ley en la mano y la emoción de defender nuestros derechos nos vemos el próximo domingo en nuestro Zócalo, el de todos los mexicanos. Este es nuestro Plan C: coraje, corazón, convicción. Si estamos juntos nadie podrá contra nosotros.

Ahí estaremos, porque el INE no se toca.

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