Pobres pero maquillados

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México padece dogmas de fe en materia pública; nos gusta más creer que saber. Millones piensan, sospechan, intuyen al gobierno como un perverso Big Brother que maquina complots aun contra sí mismo.


Desde magnicidios hasta fraudes electorales, desapariciones, crímenes sin resolver, dólares y precios mundiales del petróleo. Construir credibilidad y confianza lleva años y cuesta miles de millones de pesos.


Luego de 1988 para que las elecciones federales fuesen creíbles, su organización pasó a una instancia autónoma del gobierno, la credencial para votar con fotografía se inventó y perfeccionó aquí, las listas nominales y sus millones de copias también. No reparamos en gastos para edificar esa fe pública que, a pesar de 2006, sobrevive, no sin riesgos latentes.


El combate a la corrupción es lo de hoy, historias pasadas y presentes justifican y urgen su énfasis.


El Inegi construyó en los pasados lustros un prestigio. Años de sana distancia, profesionalismo y constancia transcurrieron para que los censos resultasen confiables; útiles para la toma de decisiones, para el reparto de presupuestos, para mitigar nuestras mayores dolencias como nación, pobreza y desigualdad.


El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social no informará el viernes los resultados sobre la pobreza en México. Dice el Coneval: “Debido a las condiciones actuales de no comparabilidad del MCS 2015 con años anteriores, no publicaremos en el plazo anunciado, la medición de pobreza 2015 a nivel nacional y por entidad ni su evolución”.


Borrón y cuenta nueva. El Coneval evalúa los cambios hechos por el Inegi al Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015, base para la medición por la cual el Coneval pagó 133 millones de pesos al Inegi.


Ese Módulo registra ingresos en los hogares, los cambios que tuvieron el mal tino de implementar, no permiten comparar resultados con años anteriores. Total; no es posible determinar si la pobreza creció o disminuyó entre 2014 y 2015.


Ahora el Inegi y el Coneval crean un grupo técnico de trabajo para analizar los detalles del Módulo, incluidos los cambios que lo hacen incomparable, por lo tanto, inservible.


Un ejemplo que ya habíamos mencionado en este espacio es que hay, de un año a otro, 33.6 por ciento de incremento en los ingresos de los hogares más pobres entre 2014 y 2015.


Salto cuántico sin consistencia con la secuencia histórica de la medición que data de 2008.


Ahora Inegi y Coneval evalúan también las características de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016, que servirá para la medición de pobreza del próximo año. El grupo de trabajo tiene la encomienda de hacerlo comparable con años anteriores.


Diferendo, falla, descoordinación o como quiera llamarlo, lo hecho a la credibilidad institucional del Inegi costará mucho, debería haber responsables y sanciones. Mexicanos incrédulos y encima esto. Así no hay cómo.



Este artículo fue publicado en La Razón el 27 de julio de 2016, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.

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