“Como México no hay dos”. Claro, como Italia no hay dos, como Rusia no hay dos, y así.
“La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida”: Octavio Paz
El futbolista que antes de tirar un penalty se persigna y luego de tirarlo se vuelve a persignar
Aficionados al fubol que le van a Guadalajara porque está integrado por mexicanos. O sea, el deporte es lo menos, lo que importa es el acta de nacimiento y, por fervor a la patria, hay que estar con ellos. (El escudo francés es lo de menos, no sean aguafiestas. También es lo de menos que esa visión sea tan propia de regiones separatistas: los aficionados de Bilbao le van al equipo porque ahí no hay españoles).
La Malinche como estereotipo mexicano de la traición. La mujer que se va con el otro, el poderoso, y abandona al otro. Jamás es vista como un simbolo del mestizaje de nuestra propia nacionalidad.
“Soy más mexicano que el nopal”. Ok, quiero decir, bien, nada más hay que tener presente que el nopal es originario de Mesoamérica.
Enérgicos apoyadores de la prensa independiente pero quieren la información gratis. No fondean proyectos periodísticos pero están en pie de lucha contra el tirano. (Muy demócratas ellos)
Nunca falta quien cante “Cielito lindo” así como en trance patriótico, poco saben que la raiz de la canción es española.
Conmovidos frente a las trabajadoras domésticas pero un porcentaje insignificante de ellas tienen IMSS de parte del patrón.
“Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado”: también Octavio Paz
