Las nuevas reformas para prevenir y erradicar la violencia política de género que se aprobaron el pasado sábado, durante el XVII Congreso Nacional Ordinario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), son un triunfo histórico dentro del partido.
Una deuda que se tenía con las mujeres dentro de la política, un avance que garantizará condiciones más justas, y un importante proceso de renovación interna en momentos en que la vida política del país se ve calada por la violencia, la que se ha agravado por la pandemia de COVID19, y que corre el riesgo de un retroceso en los derechos y libertades de las mujeres hoy alcanzados.
Sabemos que el PRD es pionero en las luchas y causas sociales feministas, por eso en estos momentos con la Declaración 3 de 3 Contra la Violencia de Género, el Sol Azteca se convierte en el primer partido en comprometerse desde sus documentos básicos con el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Con la suma de esfuerzos y voluntad política se logró armonizar el Estatuto, Programa de Acción y la Declaración de Principios del partido incorporando el uso del uso de lenguaje inclusivo y no sexista, que cumple con el precepto constitucional de paridad en todo y la interseccionalidad en las luchas por la justicia social y los derechos humanos de las mujeres, adolescentes y niñas.
La paridad de género vertical, horizontal y transversal será una realidad en todos nuestros órganos de representación y dirección aplicando el criterio de competitividad que permitirá nuevas acciones a favor de la participación de las mujeres en la toma de decisiones.
La creación de la Unidad de Atención de Violencia de Género, brindará asesoría, orientación y acompañamiento adecuados a las víctimas de cualquier tipo de violencia de género y discriminación, además de que contará con su propio presupuesto.
Reconozco y aplaudo la participación, el trabajo, la sabiduría y sobre todo la entereza de la Secretaría de Igualdad de Géneros, las mujeres de la dirección nacional y de la Organización Nacional de Mujeres del PRD quienes revisaron de manera puntual artículo por artículo, con el objetivo de ser un partido congruente y consecuente con los derechos de las mujeres.
Cada una de las acciones propuestas, se impulsaron desde y con la perspectiva de género e interseccionalidad, con inclusión, sororidad y affidamento, tomando en cuenta la importancia de impulsar a las mujeres jóvenes, indígenas y afro mexicanas, de hecho, a las mujeres todas.
Que se lea fuerte y claro, el ¡PRD es feminista!