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En Quintana Roo se está desarrollando una contienda muy interesante. Lo que está en juego es uno de los puntos turísticos más importantes del mundo. Pero no solo eso.

Pero también es un estado muy rico en recursos naturales, pero que requiere de desarrollo y atención. No todo es Cancún, aunque la joya de la corona sea esa.

La elección es entre Laura Fernández, la abanderada del PAN y el PRD y la candidata de Morena y el Partido Verde, Mara Lezama.

Aunque para ser precisos, la disputa, ya sin camuflajes, es entre los que quieren un desarrollo sustentable, con equidad y visión social y los que cobijan a Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde”. 

La situación es compleja, porque el Partido Verde ha podido construir redes de apoyo, complicidades y protección, desde hace muchos años. 

Han acariciado quedarse con el poder estatal y en esta ocasión están haciendo todo para conseguirlo. Ojalá no lo logren, porque ellos sí son una mafia en el poder.

Hace unas semanas se conoció un audio con expresiones bastante lamentables del Niño Verde, sobre Laura Fernández, quien fue alcaldesa de Puerto Morelos. 

No tiene caso repetir lo que ahí se dijo, pero sí señalar que se presentaron las denuncias respectivas por violencia política en razón de género. Si las autoridades actúan con pulcritud, el Niño Verde debería ser inscrito en el padrón de agresores. 

¿Pero cómo se llegó a esta situación?  

Es de esos problemas que se dejan de atender, que se piensa que se solucionarán con el tiempo y que, de pronto, irrumpen con toda su crudeza.

Algunos pensaron que, con el encarcelamiento de Roberto Borge, quien gobernó el estado entre 2011 y 2016, el mensaje contra la clase política depredadora habría quedado muy claro. Pero no era así, y en particular porque el gran riesgo se estaba construyendo desde la periferia, desde las alianzas que el Partido Verde estableció ante cada coyuntura. Algunos perdían, pero ellos no. 

Quinta Roo está en riesgo de quedar en mando de una pandilla de negociantes, que han hecho de la política un instrumento para su beneficio personal. 

Porque no hay que engañarse, no será Morena quien gobierne, sino sus aliados del Verde, si es que ganan la contienda. Es una situación similar a la que ocurrió en San Luis Potosí, con el agravante de que no habrá escusas para lo que puede ocurrir. 

Los electores muchas veces deciden en el momento final y por ello es importante observar lo que está ocurriendo en el panorama político estatal, donde Laura Fernández suma apoyos, y no hay que descartar declinaciones en su favor que muevan los números. En eso trabajan las dirigencias nacionales del PAN y del PRD, y en particular Marko Cortés, Luis Espinosa Cházaro y Jesús Zambrano y por supuesto la candidata. 

José Luis Pech y Leslie Hendricks son claves es esta historia. El abanderado de Movimiento Ciudadano y la candidata del PRI pueden colaborar a detener lo que sería un asalto del propio estado.

Se dirá que las encuestas dicen otra cosa. Eso hay que tomarlo con cautela, porque ya sabemos cómo se hacen y a qué y a quién responden algunas de ellas. 

En Quinta Roo la gente es sabia y recuerda que hace seis años, la mayoría de las encuestas daban por triunfador a Mauricio Góngora, pero ganó Carlos Joaquín. 

Veremos lo que ocurre en las próximas semanas, pero algo es seguro, cualquier hipótesis puede estallar por lo aires, porque la candidata de Va por Quintana Roo, Laura Fernández, ha sabido plantear con mucha claridad los términos y alcances de esta elección. 

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