La Sala Regional de Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), terminó de evidenciar y sepultar a los aventureros políticos que cobijados en el Grupo Universidad, hicieron a las puertas de Palacio Nacional su último intento por revivir un cadáver político en avanzado estado de descomposición, que terminó por contaminar a Morena.
La decisión inapelable, ratificó los triunfos del PRI en los municipios de Pachuca y Mineral de La Reforma y echó abajo el desesperado intento de Damián Sosa Castelán –hermano del hoy huésped distinguido del penal del Altiplano, Gerardo Sosa–, por pelear Tulancingo, bajo el argumento de inexistentes anomalías en la elección.
El máximo órgano de justicia electoral del país, determinó la validez del triunfo del priísta Jorge Márquez. Éste último, en una muestra de congruencia y madurez políticas, hizo un llamado en sus redes sociales a dejar atrás las pugnas electorales para ponerse a trabajar en pro de la población de Tulancingo.
Para el Grupo Universidad, todo está consumado y prueba de que su derrumbe es inevitable se evidencia en el cierre total de actividades del periódico El Independiente, su medio de comunicación que fue sostenido por las aportaciones forzosas, aplicadas al personal de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Lamentable que 40 trabajadores queden desempleados en estas fechas de fin de año, pero sin duda que les asistirá el derecho de exigir a la mafia de los Sosa Castelán, una honrosa indemnización, tal y como lo establece la ley. Aunque conociendo la ruindad de los personajes que secuestraron a la Máxima Casa de Estudios del Estado, no será extraño que busquen evadir tal responsabilidad laboral. Esperemos que no sea así.
El próximo martes 15, los nuevos alcaldes y sus cabildos tomarán protesta y sin duda que llamará poderosamente la atención ver si el ex candidato a Pachuca, Pablo Vargas González, tiene la desfachatez de aceptar el cargo de regidor en un gobierno municipal al que no se ha cansado de acusar de ilegítimo.
Si algo le queda de congruencia y vergüenza al catedrático universitario y padre putativo del Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, debería abstenerse de presentarse al evento a realizarse en la Plaza Independencia y ceder su lugar a otra persona, sobre todo, luego de que días antes de conocerse el fallo de la Sala Regional del TEPJF, no tuvo empacho en acudir a las puertas de Palacio Nacional a solicitar la intervención del Presidente de la República influir en el fallo del órgano de justicia electoral.
Por supuesto que tal espaldarazo nunca llegó y los inconformes ahora comprobaron que Andrés Manuel López Obrador no se tragó el cuento del fraude electoral de Hidalgo, sobre todo, luego de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), sigue adelante con el desmantelamiento de la poderosa red de corrupción de los Sosa Castelán y a los cuales se aliaron Vargas y su Club de Plañideros.
Si Vargas González acepta ser regidor de la nueva administración pachuqueña, estará echando por la borda lo poco que le queda de su maltrecho capital político. Aunque parece que al ex candidato eso de la desvergüenza política le viene como anillo al dedo.