A mi modo de ver, no es mala noticia la renuncia de Carlos Urzúa por mucho y que sus efectos en el corto plazo dañen la economía. Estas son mis razones:
1) En ausencia de una oposición articulada, un contrapeso a las desastrosas medidas del gobierno se encuentra en sus propias diferencias internas.
2) Los señalamientos de Urzúa son certeros, cuestiona improvisación, falta de brújula y erráticas políticas públicas. Eso nos da la razón a muchos de los críticos del actual gobierno y aminora la intensidad de sus fanáticos que no saben hacer otra cosa que descalificar.
3) Que implica un mensaje para los mercados que puede ser dañino para el país, ni duda cabe; ya vimos la reacción de la cotización del peso frente al dólar. Urzúa sabía el costo, sin duda, y creo que este es menor a los efectos aún más perniciosos que tendrá para la economía si el presidente mantiene el mismo discurso y su errática política en la materia.
4) Es un llamado a tiempo para que la sociedad mexicana reaccione y evite el descomunal retroceso que día con día se fragua con mayor intensidad.