La UNAM está herida; sus autoridades confiesan que no vieron venir el zarpazo desde las entrañas de la máxima casa de estudios. Cuando alumnos de bachillerato protestaban contra los porros, estos les aporrearon y apuñalaron.
Dos alumnos, uno de la Escuela Nacional Preparatoria número 6 y otro de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, volvieron a nacer.
La comunidad puma despertó y contagió a otras instituciones. Dos días después, más de 30 mil cimbraron el campus universitario al grito de fuera porros. El jefe de seguridad de la universidad está señalado y suspendido.
Señalamiento unánime; a los porros los auspician autoridades escolares y liderazgos políticos externos hace décadas; perredistas, priistas y el PAN de Naucalpan, sospechosos, se desmarcan, faltaba más.
Una semana después las respuestas son pobres, ambiguas. PGR y PGJCDMX chocan por jurisdicción y competencia. Que si las instalaciones puma son ámbito federal, pero los delitos del fuero común. El secretario de Gobernación anunció que la Policía Federal atrapó a dos de los indiciados y la procuraduría local los soltó por falta de flagrancia o denuncia.
Dos días más tarde, la UNAM respondió que en el caso de la PGJCDMX la denuncia tiene el número de carpeta CI-FAAE/CU/UI-1C/D/00283/09-2018. La de la PGR, el FED/CDMX/SPE/0011998/2018. El rugido puma espanta y nadie atina a hacerse cargo. Entre señalamientos y desmentidos, los detenidos y liberados ríen en casa. Una de dos, o alguien miente o todos hacen mal el trabajo por el que les pagan.
Los 18 identificados y expulsados no suman ni la tercera parte de los que fueron a mancillar un vigoroso cuerpo social joven, vivo y demandante; el que pedía cesar a los violentos fue violentado frente a la misma Rectoría. Las cámaras de la ciudad, las del C5, además de registrar el trayecto y acciones de los porros aquel lunes, nada más previnieron, alertaron o evitaron.
Hay determinación desde el Gobierno federal para atender con celeridad y eficiencia estos hechos que, entre agresiones y evasión de responsabilidades, pueden extenderse hasta el 2 de octubre, cuando México recuerde que hace 50 años un rugido puma y un rojo amanecer despertaron a miles de consciencias que nunca volvieron a callar.
Hoy la UNAM informa el reinicio de labores en la mayoría de las escuelas y facultades que estuvieron en paro. El próximo viernes los estudiantes, delegados de colegios, preparatorias y facultades, volverán a reunirse en asamblea general; trabajan sobre siete ejes temáticos que acordaron el pasado sábado. Fin a la violencia consentida desde adentro, el primero de ellos.
Eduardo Santillán, diputado de Morena, propuso que en las escuelas de educación media y superior existan operativos de seguridad que garanticen la integridad de la comunidad universitaria. Paliativos aparte, la Cuarta Transformación empeñada por el próximo gobierno, pasa por atender un fenómeno que varios de su equipo cercano conocen desde adentro hace décadas. Falta que se animen.
Este artículo fue publicado en La Razón el 11 de septiembre de 2018, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.