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jueves 19 septiembre 2024

El sábado pasado y el domingo que viene

por Javier Solórzano

1.- La Selección Nacional está haciendo sus deberes, pero las cosas se le están complicando en el camino. Acompañada de 40 mil fervorosos aficionados, le pasó por encima a Corea del Sur en un resultado que tiene algo de engañoso. El 2–1 pudo ser un poco más y el problema se vino al final, con el golazo que le metieron a Ochoa. Da la impresión que ese gol fue sólo el del honor, no se veía cómo Corea del Sur pudiera ganarle a México.

El problema para México está siendo ese gol, pero sobre todo el que metió el alemán Toni Kroos en la agonía del partido contra los suecos. Si México no gana su siguiente juego resultaría paradójico que, jugando tan bien y siendo una de las sensaciones del Mundial, pudiera quedar eliminado.

México tiene que ganarle a Suecia y  los alemanes y los propios suecos tendrán que hacer sus matemáticas. El futbol de México está siendo limpio, atractivo y, sobre todo, esperanzador.

El miércoles se decidirá ese futuro. Ahí también estará de por medio la decisión de miles de mexicanos de quedarse en Rusia y hacer un esfuerzo de ir a votar. El Tri emociona, gusta y, por encima de todo, camina con una alta, elogiable capacidad de jugar y entregarse. El miércoles sabremos si hay futuro. Los imponderables del juego no deben ser ocasión para que México se quede a la mitad del camino.

El futbol da emociones e identidades. Junta a todos sin importar colores. El camino se ve atractivo. Ya veremos si se sigue construyendo. Suecia, en el papel, parece un rival para seguir en el Mundial. Sin embargo, cuidado con aquello de “del gozo al pozo”. Ya nos ha pasado, y hay que ir en esta ocasión contra nuestra propia historia.  

2.- Por fin el domingo iremos a votar. Ha parecido eterno el proceso de campañas, intercampañas y precampañas. Las ocurrencias en esta materia han sido muchas y merecen cuestionarse.

Es muy difícil saber, dígase lo que se diga. En el imaginario colectivo existe la percepción de que va a ganar López Obrador. Sólo lo sabremos el domingo, por más que sus dementes y furibundos seguidores lo estén dando por ganador.

La gran clave es ver si van votar los que hoy le rinden fe al tabasqueño, y los que genuinamente piensan en él como parte de un cambio. Los cierres de campaña han sido deslucidos. La fiebre futbolera dejó una mala pasada a López Obrador. A Ricardo Anaya le fue bien en la Ciudad de México, pero quizá le fue mejor con los que se dedicaron a propagar al máximo su cierre de campaña en las redes. José Antonio Meade ha optado por actos no tan masivos, pero sí profundamente priistas; el no priista terminó subiéndose al barco del partido del cual nunca se pudo separar. Quizá ni lo intentó.

No es fácil saber lo que pueden provocar los cierres de campaña en el electorado. Queda la idea de que los indecisos siguen estándolo y van a decidir el siguiente fin de semana.

Los cierres de campaña terminan siendo actos que más tienen que ver con los partidos, que con el grueso de los votantes.

Va a ser una semana complicada. Todos van a lanzar su resto. El propio López Obrador sabe que una cosa es la percepción y otra va a ser el voto. Muchos dilemas están por delante, porque si algo tiene un proceso electoral, es la incertidumbre. Nadie puede garantizar en este momento que vaya a ganar un candidato u otro. Existen tantos imponderables en un proceso electoral, que pueden presentarse muchas sorpresas.

Recordar lo que ha pasado en otras elecciones en el mundo es evidencia de que las encuestas pueden mostrar lo que, de momento, se piensa, pero siendo mucha fotografía del momento no se puede saber su valor pleno hasta que se vote.

Va a ser una noche de domingo que nos va a poner a prueba a todos: al INE, porque sabremos si tiene la capacidad de respuesta de la cual tanto ha hablado; pero sobre todo, a los votantes, si es que tenemos, como debiera ser, la voluntad sin el convencimiento de ir a las urnas.

Podemos atender al futbol de cabo a rabo, y más si continúan los términos en los que hoy está. Hay tiempo para votar y hay tiempo para el Mundial.  


Este artículo fue publicado en La Razón el 25 de junio  de 2018, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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