Sean Penn, “El Chapo” y los desfiguros en los medios

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Un expresidente se lía en Twitter con un pendenciero de la política, lo que hace saltar a sus seguidores en Twitter como si estuvieran en las gradas de cualquier estadio de futbol. Parece como si esto fuera el preludio del espectáculo que sobrevendría. 


Los medios resaltan que Rumer Willis estrena trasero y compiten para ver quién muestra la mejor imagen de aquellas protuberancias, en contraste los problemas de la economía y la política tienen mucho menos relieve. 


El exjugador de futbol Cuauhtémoc Blanco, muy confundido, agradece a Benito Juárez la invitación a una escuela y otro que apenas ayer era juarista y ahora es católico y romano, o sea, AMLO, ofuscado (como siempre) asocia a Luther King con el reglamento de tránsito en el DF. Sus fanáticos aplauden, me refiero a los del deportista metido a la política y al político entrometido en los mensajes divinos. 


Junto con todo ello legiones en las redes sociales creen que propaganda es periodismo e incluso hay periodistas que afirman que un cuestionario para la propaganda es una pieza del tamaño de las entrevistas de Oriana Fallaci (otros se persignan porque no admiten que haya entrevistas más que para personas buenas). Otras legiones creen que razonar es sinónimo de pensar mal porque “obvio” siempre estamos frente a una “confabulación” para ocultar el precio del dólar, el mal disco de Bowie o el descongelamiento de los polos.


La titular de la PGR no sabe leer, siempre tiene la cara como si estuviera a punto del llanto y, sobre todo, nunca responde con claridad. El gobierno federal festeja como “Misión cumplida” lo que fue un boquete en la seguridad del país –generado por la corrupción– para que se fugara un criminal y los adherentes de ese gobierno se levantan y entonan el himno nacional. Además hay quien sostiene, brillante, que El Chapo no es El Chapo por lo que nunca estuvo preso y entonces no se fugó, ese mismo personaje de apellido Noroña y un mago para salir de vacaciones a Argentina con sólo 300 pesos y un cuñado generoso, dice simultáneamente que Joaquín “El Chapo” Guzmán pactó su reaprehensión con el gobierno. Entretanto gracias a filtraciones periodísticas nos enteramos de un culebrón entre el narcotráficante y la señora Kate del Castillo, que se creyó muy el papel de Reina del Sur y a quién “ElChapo” cuidaba como a sus ojos, según le dijo.


Unas legiones más asocian a los 43 con ese criminal mientras reclaman que sí se halló al narcotraficante y no a los normalistas, otro arlequín, Fabrizio Mejía, profiere la gracejada de que si la operación para apresar a El Chapo se llamó “Cisne Negro” entonces estemos preparados porque el gobierno podría apresar a Natalie Portman y aunque usted no lo crea hay quienes le aplauden como focas; es el mismo que dice que sabe quién mató y cómo al hijo de Rosario Ibarra pero que “por obvias razones no lo va a decir”. 


Mientras todo eso, Joaquín Guzmán entra y sale, sale y entra de la cárcel pero su imperio permanece intacto. El gobierno federal renuncia a la responsabilidad de informar puntualmente y, en cambio, filtra a varios medios la información a cuenta gotas, entre esos medios, claro que sí, Televisa tiene la primicia. El presidente del PRD renuncia pero se queda, el exgobernador Padres saqueó al estado pero no está en la cárcel mientras irrumpen millones de fans de David Bowie que ayer no lo conocían y el famoso Pepito el de los cuentos de Facebook se desvanece…


Me dueles México

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