“Que cada quien se rasque con sus propias uñas”, parece ser la política del actual gobierno frente a los desastres naturales. La administración obradorista desapareció los fideicomisos del FONDEN para echar mano de los ahorros destinados a la prevención y la mitigación de daños y en 2021 subejerció la totalidad de los recursos presupuestales aprobados para la atención de esas calamidades. Las consecuencias de esa indolencia las sufren ahora las personas damnificadas que dejó el huracán Agatha en Oaxaca, como ya la padecieron quienes el año pasado resultaron afectados por la temporada de huracanes, los incendios forestales y las inundaciones en Tula, Atizapán de Zaragoza, Zapopan y Nogales.
En abril de 2020 el presidente de la República decretó la extinción de decenas de fideicomisos públicos. La Tesorería de la Federación apenas se agenció 16 mil millones de pesos con esa medida por lo que, meses después, el presidente promovió una segunda ola de saqueo de los fideicomisos públicos, en esa ocasión mediante la reforma a diversas leyes para extinguir otros 109 y financiar con sus recursos los “programas prioritarios” que él mismo eligió.
Entre los fideicomisos afectados en esta segunda ola quedaron los del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que, al cierre de 2020 tenían disponibles 6 mil 861 millones de pesos, recursos que se fueron a la caja general para compensar la caída de la recaudación de impuestos.
Los presupuestos de la Federación incluyen partidas para enfrentar los desastres naturales. En 2020 se aprobaron 3 mil millones de pesos y 8 mil 927 millones en 2021. Para el presupuesto 2022, se asignaron otros 9 mil millones de pesos. Pero debido a la extinción del FONDEN esos dineros ya no se depositan en un fideicomiso, lo que garantizaría su uso exclusivo para la mitigación de daños producidos por sismos, huracanes u otros fenómenos naturales, sino que queda a disposición de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Si antes se podía disponer de los recursos del FONDEN a partir de que la Secretaría de Gobernación hiciera una declaración de desastre y su uso se sujetaba a reglas de operación, ahora la determinación es de la SHCP, que libera los recursos si calcula que hay “disponibilidad presupuestal” y fija los plazos y requisitos que en cada ocasión juzgue pertinentes. La estructura del fideicomiso permitía que, si en algún año había un remanente del dinero presupuestado, este se quedaba como ahorro estratégico para los años siguientes. Sin fideicomiso, los remanentes de cada ejercicio se devuelven a la caja de Hacienda, no hay ahorro alguno.
¿Cómo funcionó este nuevo esquema? Se debe recordar que en 2021 la temporada de huracanes golpeó fuerte al litoral del Pacífico con los huracanes Dolores y Enrique (junio), Nora (septiembre), la tormenta Pamela, el huracán Rick y que la tormenta Grace hizo destrozos en el litoral Atlántico (en octubre). Inundaciones, desbordamiento de ríos, deslaves, caída de puentes, destrucción de infraestructura y viviendas, fallecimiento de personas, daños por miles de millones de pesos. A los huracanes se deben sumar 7 mil 233 incendios forestales, los cuales afectaron una superficie de 650 mil hectáreas en todos los estados del país, así como otros desastres tales como la inundación de Tula, Hidalgo, que produjo la muerte de personas internadas en el Hospital Regional del IMSS, y el desgajamiento del cerro del Chiquihuite, en las colindancias de la Ciudad de México con el municipio mexiquense de Tlalnepantla.
A pesar de este incompleto recuento, el informe de la Cuenta Pública del año 2021 (que la SHCP presentó a la Cámara de Diputados hace tres meses), da cuenta de un dato escandaloso: el gobierno federal no ejerció en ese año ni un peso del presupuesto aprobado para la atención de desastres naturales. El austericidio es la característica esencial del gobierno de la 4T. El designio oficial es “que cada quien se rasque con sus propias uñas”.
Cincelada: La Suprema Corte dio la razón al INE en la impugnación contra la Cámara de Diputados por la reducción de su presupuesto. Anticipo un nuevo desacato de Morena.
Twitter: @rafaelhdeze
