La promesa de soberanía alimentaria, que insistentemente asumió la 4T en el poder, se aleja a punta de siembras de temporal, falta de infraestructura hídrica, asistencialismo, corruptelas y el estrepitoso fracaso de Segalmex. En lugar de autosuficiencia en la producción de maíz y otros productos agrícolas y pecuarios, se rompió récord en el incremento de las importaciones de esos productos en los años del sexenio obradorista. Y para el “segundo piso” de Sheinbaum la cosa pinta igual o peor con recesión, crisis arancelaria y la extensión de la sequía.
Durante su sexenio, López Obrador reivindicó el objetivo de alcanzar la soberanía alimentaria de México para que el consumo de la población fuera cubierto por la producción nacional. El Plan Nacional de Desarrollo de su gobierno estableció la estrategia Autosuficiencia alimentaria y rescate del campo, que buscaba romper “el círculo vicioso entre postración del campo y dependencia alimentaria”. En sus deposiciones matutinas abordó infinidad de veces tales consignas y presumió Segalmex como solución a los problemas de falta de producción agropecuaria. Pero resultaron estériles los programas clientelares que el gobierno financió con centenas de miles de pesos (Sembrando Vida, Producción para el Bienestar, Precios de Garantía) y estas políticas resultaron igual de infecundas que los discursos y las arengas nacionalistas que los acompañaban.
Según un estudio que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer a fines de 2024, se redujo de 75% a 69.5% la parte del consumo nacional de alimentos que es cubierta por la producción del país (este porcentaje se identifica como coeficiente de autosuficiencia alimentaria).
En lo que hace al consumo de productos agrícolas, el coeficiente de autosuficiencia bajó de 65% en 2019 a 60.7% en 2022. Esto quiere decir que se incrementó la dependencia del extranjero en cuanto a frutas, verduras, cereales y hortalizas. Cosa similar ocurre con relación al consumo de carnes, huevo, leche y sus derivados: el coeficiente de autosuficiencia pecuaria pasó de 85.8% en 2018 a 80.6% en 2022.
Coincidente con lo anterior, datos de los productores agropecuarios indican que en 2024 se llegó a cifras históricas al comprarse en el extranjero 46.7 millones de toneladas métricas de granos y oleaginosas, lo que significa un aumento del 16.2% respecto al año anterior. De manera particular y a despecho de la sobada consigna “sin maíz no hay país”, la compra de maíz extranjero durante ese año alcanzó las 23.6 millones de toneladas (incremento del 20.3%). Igual sucedió con el trigo (10.5%), el frijol (32%), el arroz (25.8%), pasta y aceite de soya (35 y 41.8%).
Aún haciendo abstracción de la ineptitud con que operan los multimillonarios programas de reparto de dineros, el clientelismo y la corrupción con la que estos son manejados por los mal llamados servidores de la nación, los datos expuestos demuestran que el asistencialismo es incapaz de generar una dinámica de incremento de la producción agropecuaria. La entrega de apoyos para satisfacer metas electorales, sin otra condición que la disponibilidad de los beneficiarios a ser acarreados a eventos políticos y a votar por los candidatos oficiales, no incrementa un ápice la producción de maíz, frutas, verduras, cereales y hortalizas, tampoco la de carne, huevo, leche y sus derivados.
En su “segundo piso de la transformación”, la presidenta Sheinbaum insistirá en el mismo errado camino. Además de cerrar el cochinero de Segalmex con su desfalco impune de 15 mil millones de pesos, anunció recientemente una fuerte inversión en el campo, pero la mayor parte de esos recursos se destinarán a sufragar los programas asistenciales. No se emplearán en la creación de infraestructura agrícola y ganadera. No se invertirán en brindar seguridad a los productores para que puedan cosechar y transportar sus productos sin pagar cuota al crimen organizado, tampoco en la dotación de semillas mejoradas ni en la aplicación de avances tecnológicos que incrementen en forma sustentable la producción agropecuaria.
Cincelada: Hizo una precampaña anticipada de tres años. Ahora regaña a su joven correligionaria y pontifica que “no es ético adelantarse a los tiempos”. ¿Hipocresía, grilla interna o ambas?
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Fundador y consejero nacional del PRD, fue su diputados federal y representante electoral. Se desempeña como asesor parlamentario y analista político.
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