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Un elemento característico de las actuales campañas electorales es el spot. Dicha pieza de propaganda busca atraer el voto de los electores, pero ante la gran cantidad de promocionales que tendrán que ver los ciudadanos mexicanos en 2021, la pregunta que nos debemos hacer es si realmente es un elemento que ayuda tanto a la participación ciudadana, como a inclinar la preferencia de quienes acudan a las casillas el 6 de junio o fomenta un mayor conocimiento de las propuestas de los candidatos; un adelanto de spoiler va en el sentido del no.

Millones de spots

Desde 1994, año en que los medios de comunicación difundieron spots de los partidos políticos de acuerdo a un marco legal orientado a buscar una competencia en condiciones más equitativas, los spots empezaron a tener un auge en las campañas electorales.

En el siglo actual, la normatividad electoral prohibió la compra de spots por parte de particulares, así como su utilización en campañas negras –con base en la experiencia de la elección de 2006–, y se obligó a los concesionarios de radio y televisión a su difusión dentro de los tiempos oficiales destinados a la comunicación social del Estado mexicano.

Composición fotográfica: Expansión Política

Así, al menos en las últimas tres elecciones intermedias –para efectos de comparación porque la elección de este año es así–, los electores mexicanos han sido testigos de la transmisión de más de 20 millones de spots durante las campañas electorales.

En 2009, las campañas electorales inauguraron el modelo mediante el cual cada concesionario de radio y televisión debería transmitir tres minutos de mensajes de los partidos por cada hora de transmisión. Al ser 23.4 millones de spots los que tendrían que salir al aire, lo que se provocó fue que algunos programas de alta audiencia, como partidos de fútbol de la liga nacional o el medio tiempo del Super Bowl, fueran interrumpidos para que el auditorio viera los spots de los partidos políticos.

El presidente del IFE en ese entonces, Leonardo Valdés Zurita justificó –de acuerdo a una nota de El Universal– esto al decir que “uno de los principales retos para la democracia es lograr una mayor participación de ciudadanos en el actual proceso electoral y procurar los elementos para incentivarlos”.

En 2015, los 24 millones de spots programados se repartieron entre los partidos políticos con registro y candidatos independientes. Las acusaciones de inequidad no se hicieron esperar, como apuntan en un estudio Oniel Francisco Díaz Jiménez y Miguel Eduardo Alva Rivera: “Como resultado, mientras que el PRI recibió casi 5.5 millones de spots, los partidos nuevos: Morena, Partido Encuentro Social (PES) y el Partido Humanista (PH), recibieron únicamente poco más de un millón de spots cada uno. La inequidad fue aún más evidente en el caso de los candidatos independientes, a quienes se les tomó en conjunto como un partido, y sólo tuvieron acceso (entre todos) a 342 mil 504 spots, 6.5 % de los anuncios asignados al PRI, 7.4 % de los dados al PAN y 9.5% de los asignados al PRD” (Anuncios y estrategias de campaña en televisión: un balance de la elección intermedia de 2015 en México, Apuntes Electorales núm. 55, julio-diciembre de 2016).

Para la actual campaña electoral de 2021, la temporada de spots del 4 de abril al 2 de junio difundirá en medios electrónicos 19.8 millones de spots, 305 de estos mensajes cada minuto.

Si bien otra diferencia respecto a campañas anteriores es la posibilidad de replicar dichos contenidos en redes sociales para tener una mayor difusión e impacto, persiste la duda de si esto contribuye a una mayor participación en las urnas.

En 2009, con la cantidad de spots apuntados líneas arriba, la participación en los comicios fue de 44.8% del padrón electoral, seis años después se elevó apenas tres puntos porcentuales, por lo que se espera que siguiendo esa línea la participación crezca en forma similar.


Pero también debemos tener en cuenta que la de 2021 se diferencia de otras campañas electorales por el hecho de que es la primera ocasión en que simultáneamente están en juego 15 gubernaturas, 300 diputaciones federales de mayoría y 200 de representación proporcional, y más de 21 mil presidencias municipales, diputaciones locales, regidurías, sindicaturas y concejalías, por lo que la comunicación política no se podrá centrar en un solo actor, como sucede en la elección presidencial, sino que buscará resaltar la imagen de cada uno de los candidatos en busca de un puesto público.*: Estimación

Hasta el momento, lo que se ha podido ver es que las redes sociales han buscado ser el complemento de los spots de los candidatos –cuando no el canal principal de difusión–, pero buscando más llamar la atención que posicionar una imagen positiva y sus respectivas propuestas. Un caso ilustrativo en este sentido es lo hecho por varios candidatos del partido Redes Sociales Progresistas (RSP)).

Falta poco para saber si tantos spots, el uso de redes sociales y el actual contexto de polarización que vive México influyeron en una elevación de la participación ciudadana en las urnas o la del 2021 es otra elección intermedia más. Seguiremos con este tema pasados los comicios.

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