El pasado 3 de abril, en esta columna revelamos que la candidata a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez, plagió en su tesis de Maestría presentada ante la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, en el año 2001.
El caso tomó gran relevancia en medios y redes sociales y, a pesar de ello y de la insistencia de esta casa editorial en obtener una postura oficial de parte de la institución, el ITESM se ha mantenido en silencio, luego de haber prometido en dos ocasiones distintas (el 17 de abril y el 16 de mayo) que el área correspondiente se pondría en contacto.
Ante correos electrónicos y llamadas telefónicas la respuesta ha consistido en evasivas, compromisos incumplidos y silencio.
Así, a más de un mes de la última comunicación, vía correo electrónico, es posible concluir que la institución se niega a emitir una postura oficial, apostando a que el caso se olvide.
En el inter, la candidata Delfina Gómez ha sido arropada por medios y periodistas oficialistas, como Sabina Berman, quien difundió el 13 de abril una entrevista en donde la exsecretaria de Educación presume de tener “dos maestrías” y relata cómo es que logró estudiar en el Tec de Monterrey a pesar de “ser pobre”.
Asimismo, la maquinaria oficialista se ha puesto en marcha durante semanas para desacreditar el trabajo periodístico de etcétera, que publicó un número impreso sobre Delfina Gómez, titulado “Robar para Hacer Historia”.
Se recordará que etcétera reveló la existencia de abundantes plagios en la tesis mediante la cual Delfina Gómez obtuvo el título de Maestra en Educación con especialidad en Administración de Instituciones Educativas.
En el año 2001, Delfina Gómez Álvarez presentó ante la Universidad Virtual del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey la tesis llamada “Planeación institucional en la escuela primaria C.E.”Nezahualcóyotl”, turno vespertino”.
Una revisión acuciosa descubrió abundantes plagios y presentó diez ejemplos de la insolvencia académica del trabajo que el asesor Romeo Farrera Blancas, profesor de la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad Virtual del ITESM aprobó.
El hermetismo del ITESM de Monterrey
El “Tec” de Monterrey es una institución poderosa y gigantesca. Por ello mismo, es hermética. Así, para entrar en contacto con sus diversas dependencias solo hace público un número general, una especie de centro de servicio al cliente, que filtra y gestiona todo acercamiento telefónico.
A menos que uno cuente con el número de extensión del área de su interés, por fuerza tiene que hablar con una operadora, que pregunta sobre el motivo de la llamada para llenar lo que ellos llaman una “interacción”.
Así, el 4 de abril, al día siguiente de publicado el reportaje, esta reportera se puso contacto con el área “TECservices Experiencia Telefónica” a quienes explicamos el motivo de nuestra llamada. Con toda amabilidad, anotaron los datos y nos enviaron los datos telefónicos de Laura Martínez, del área de Comunicación Institucional.
Tras las vacaciones de Semana Santa, intentamos la comunicación a dicho teléfono, sin fortuna, ya que el teléfono enviaba a buzón. El 14 de abril la titular del número nos respondió, pero de inmediato (sin dar tiempo a presentarnos) señaló que se encontraba ocupada y nos devolvería la llamada, sin dar tiempo a presentarnos. Nunca llamó.
El 17 de abril, iniciamos un nuevo contacto por medio del “TECservices” y obtuvimos un nuevo canal de contacto. Se nos indicó escribir a Karina Perales, Líder de Comunicación de Dirección de Comunicación Institucional del Campus Toluca.
En respuesta, Karina Perales escribió que “la maestría a la que haces referencia fue cursada en la entonces Universidad Virtual del Tec, por lo que en el campus no tenemos información. Con gusto canalizo tu solicitud”.
Nadie nos escribió de parte del área de Cursos en Línea, que vino a sustituir a la ahora desaparecida Universidad Virtual que formaba parte de la Escuela de Graduados en Educación.
Así, el 16 de mayo volvimos a intentar comunicación con Laura Martínez, quien finalmente nos tomó la llamada.
Tras presentarnos, por nombre y nombre del medio, explicamos que estábamos en busca de una postura institucional de parte del Tec sobre el plagio de Delfina Gómez. Le preguntamos a Laura Martínez si conocía el asunto.
Suspiró y nos dijo que sí.
– ¿Podemos tener una postura de la institución? Nosotros esperábamos que quizá se pronunciarían mediante un comunicado de prensa, pero no ha sido así- se le preguntó.
-Escríbeme a mi correo electrónico y por esa vía les damos respuesta- dijo.
Anotamos la dirección de correo y le enviamos el siguiente mensaje:
Asunto: Postura sobre tesis de Delfina Gómez.
Mensaje: Buenas tardes, en atención a la comunicación telefónica que tuvimos, me comunico por esta vía. Muchas gracias
Este mensaje no recibió respuesta. Así, al día siguiente, 17 de mayo, volvimos a escribir:
Asunto: Petición, de nuevo, caso Delfina Gómez
Mensaje: Estimada Laura Martínez. Te vuelvo a escribir para saber si ya tendrás una respuesta. Estamos próximos a sacar una nueva columna sobre el caso y para nosotros es fundamental incluir la respuesta (o ausencia de ella) de parte del Instituto Tecnológico de Monterrey.
Como es sabido, el reportaje sobre el plagio cometido por Delfina Gómez en su tesis de maestría se divulgó el pasado 3 de abril, es decir, hace mes y medio. Queremos pensar que en ese lapso la institución ya ha definido una postura. Nosotros suponíamos que se iba a emitir un posicionamiento en redes sociales o bien, que alguien de la institución se iba a comunicar con tu servidora por este medio o mis redes sociales, o bien, al teléfono de la revista etcétera que es público y bien conocido.
En este correo dejo constancia de lo que te comenté ayer vía telefónica (me costó un poco contactar contigo, afortunadamente se logró). Que el 4 de abril llamé al conmutador y mediante lo que ustedes llaman una interacción me dieron tu número. Luego, al no tener éxito en tener contacto telefónico, volví a abrir una interacción en el servicio y me dieron el correo de Karina Perales, del Campus Toluca, quien ofreció canalizar mi solicitud.
Quedo en espera de tu amable respuesta. Saludos.
Para el día 25 de mayo, mientras se escriben estas líneas, de parte de la señora Laura Martínez no hemos tenido respuesta en ningún sentido.
Tampoco supimos nada de parte de Karina Perales, que prometió “canalizar” la solicitud.
El silencio es complicidad
La falta de respuesta, las evasivas y el silencio en un caso tan grave como el plagio de la tesis de maestría de la mujer que pretende gobernar Morena en el Estado de México equivale, ciertamente, a complicidad.
En casos análogos, como el plagio en la tesis de Enrique Peña Nieto, la Universidad Panamericana emitió una comunicación oficial, que, aunque insuficiente y autojustificatoria, al menos dejó en claro que la institución tenía clara la relevancia del asunto.
En el caso de la UNAM, con el plagio cometido por Yasmín Esquivel, de igual manera.
Ahora, que la comisión de un delito por parte de una de las más influyentes abanderadas del partido en el poder se hace pública, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey elige, equivocadamente, apostar al olvido.
Olvidar no es opción
Nunca lo es en lo que atañe a la labor periodística en general, pero lo es menos en este caso concreto.
Sabemos muy bien lo que significaría, para el país entero, que Morena se eche a la bolsa la gubernatura del estado con más población, dinero e impacto político.
Sabemos lo que para el Estado de México implicaría en términos de desarrollo, empleo, seguridad y corrupción: toda la ineptitud y deshonestidad que Delfina exhibió en Texcoco, cuando alcaldesa, muchas veces potenciadas desde una gubernatura.
Toda la insensibilidad y sometimiento al presidente de que hizo gala cuando fue secretaria de Educación, de frente al tremendo rezago que sufre la entidad.
El Tec de Monterrey pudo hacer lo correcto: admitir el plagio, admitir el error institucional y del asesor y dar explicaciones.
Ni siquiera porque en su declaración de “valores” asienta que entre los mismos se encuentra la “ética” y también “el respeto a la propiedad intelectual” para “evitar el plagio”.
Evidentemente, tales declaraciones no son más marketing, porque el Tec, sin duda, es un negocio muy, muy lucrativo.