La democracia en México está herida de muerte. El país está a nada de volver a la etapa donde todo lo decide una persona, en una peligrosa y vergonzosa regresión que nos llevará 35 años atrás.
Cuando nuestra democracia gozaba de buena salud, aún con sus imperfecciones, se le asestó un golpe letal, con todo el poder del Estado, ante la complacencia, el desdén y el conformismo de una sociedad que ha optado por normalizar, e incluso aplaudir (con su voto) todo aquello que le afecta: corrupción, violación de la ley desde el gobierno, opacidad en el ejercicio presupuestal; la exacerbación de la violencia y la entrega de plazas al crimen organizado, por citar solo unos ejemplos.
Desde antes del inicio del periodo electoral, empezaron a configurarse hechos irregulares que despojaron a la contienda de cancha pareja, rompiéndose los principios de equidad y justicia en la lucha por el poder.
Un Presidente de la República llamando públicamente y sin pudor a no votar por la oposición, denostando a la candidata presidencial de la Alianza Fuerza y Corazón por México. Empezando por el INE, lo dejamos pasar.
La democracia en México agoniza ante la indiferencia de millones de mexicanos que daban por hecho que el desastre de gobierno de la llamada Cuarta Transformación, tendría el voto de castigo suficiente para impedir el nuevo triunfo de Morena. Pero qué ocurrió para borrar del mapa el hartazgo social, la marea rosa dentro y fuera del territorio nacional, con millones de simpatizantes? La respuesta está a la vista de todo mundo.
El Presidente impuso a una incondicional en el INE, donde no debe haber cabida para funcionarios con afinidades partidistas. Una vez ratificada como consejera presidenta del INE, Guadalupe Tadei despidió a un puñado de asesores y funcionarios del instituto electoral para colocar en su lugar a incondicionales morenistas. Es el caso de Pedro Pablo Chirinos, exrepresentante de Morena ante el Organismo Público Local Electoral de Veracruz e incondicional del gobernador, Cuitláhuac García.
Destacan las renuncias de Jorge HumbertoTorres, encargado de Informática y del Programa de Resultados Preliminares (PREP), tras 10 años en el cargo, clave para garantizar un proceso transparente; así como de Carmen Gloria Pumarino, como directora ejecutiva del Servicio Profesional Electoral Nacional. Todo, en medio de fuertes tensiones con los demás consejeros.
En septiembre de 2023 vinieron los actos anticipados de campaña de Morena y su candidata presidencial, denunciados en su momento por los partidos de oposición. Por supuesto, sin trascendencia. El dispendio de recursos públicos cuyo monto jamás conoceremos.
El ejército de operadores del Gobierno Federal, conocido como “Servidores de la Nación”, arrancó el año electoral con 20 mil reclutas, distribuidos en todo México, con una nómina que supera los 3 mil millones de pesos anuales. Reiteradamente se les sorprendió en videos, formando una estructura territorial al servicio de Morena, básicamente ejerciendo presión a los beneficiarios de los programas sociales para votar por el movimiento en el poder, es decir, coaccionando el voto, y abusando de la necesidad e ignorancia de la gente más vulnerable.
En mayo pasado, la candidata morenista dijo en entrevista que el 2 de junio sería un “mero trámite”. Días más tarde, los mexicanos que consumimos contenidos de análisis en la televisión abierta, corroboramos un trato condescendiente de los panelistas de Tercer Grado para con la abanderada oficialista, que contrastó de manera importante con las preguntas “rudas” hacia Xóchitl Gálvez, una semana antes.
La tarde del 2 de junio, por lo menos una hora antes de que comenzaran a cerrar las casillas, empezó a montarse el escenario para festejar en el Zócalo de la capital, el triunfo de Claudia Sheinbaum. Por supuesto que estamos ante un resultado que conocían más personas de lo que podemos suponer.
Con cientos de evidencias, los partidos de oposición presentaron las denuncias formales por el cúmulo de irregularidades registradas en la jornada electoral: paquetes electorales sin boletas sufragadas, sin boletas sobrantes, con boletas cloradas, o bien provenientes de secciones o distritos diferentes a los que se estaban contando; otros paquetes electorales con boletas sin doblar o cruzadas dentro de los paquetes electorales, sin sellos de los consejos distritales; inclusive paquetes con boletas faltantes, o donde “votaron” muchos más mexicanos de los registrados en las casillas.
Es evidente que millones de votos fueron manoseados, robados, ultrajados, borrados, tirados a la calle o etiquetados asombrosamente como “ilegibles”.
Ahora bien, nunca en la historia del México independiente, habíamos tenido un proceso electoral tan violento como el ocurrido entre septiembre de 2023 y el 3 de junio de 2024: la escala de violencia incluyó 102 asesinatos políticos, secuestros, desapariciones forzadas, intentos de asesinato y ataques contra familiares, personal de campañas e infraestructura oficial, como quema o robo de urnas, según revela la Coordinación de Análisis para América Latina (ACLED). Le abrimos el espacio al crimen para conformar esta nueva “democracia” a la mexicana, única en el mundo. El silencio oficial y del árbitro, fue pasmoso.
Las preguntas obligadas: quiénes operaron el PREP el pasado 2 de junio al filo de la media noche? Por qué la demora de dos horas para dar a conocer los resultados preliminares? Qué ocurrió con la página del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), que tenía una tendencia antes de “caerse” y otra al regresar? Quiénes atestiguaron el conteo de los votos del PREP? Dónde está el reporte de los observadores internacionales acreditados?
Hubo o no manipulación de los resultados obtenidos en las boletas y descargados en el sistema de conteo? Validarán la elección en las mil 800 casillas-zapato? Toda esta maquinación les dará todavía impulso para imponer la ilegal sobre-representación en el Congreso de la CDMX?
Con esta carga de irregularidades no hay forma de negar que la democracia está herida de muerte, justo después de que lo habíamos ido construyendo, puliendo, mejorando, dando paso a la alternancia. Cómo festejar el triunfo en las urnas, cuando es evidente la violación a la Constitución.
Y, para colmo, el ganador lo toma todo. El ex consejero del INE, Ciro Murayama ha advertido que el gobierno busca inflar el número de diputados oficialistas; contar con una sobre representación, también al margen de la ley; hacer que el PVEM quede en segundo lugar, cuando fue el quinto; y alcanzar la ansiada mayoría calificada, pero de manera artificial.
Con el famoso Plan C, el árbitro electoral portará desde ahora uniforme guinda. Puedo asegurar que no volveremos a tener una elección transparente, legal y creíble, hasta que rescatemos al INE, del secuestro oficial.
Nos quedaron a deber: el gobierno, por su no intervención con propaganda y recursos multimillonarios; el INE, con su sospechosa permisividad y la falta de coraje para imponer cancha pareja, inclusive cuando en varios estados se perdió la cadena de custodia de los paquetes electorales, permitiendo su manipulación; y la sociedad en su conjunto, por su inacción ante este asalto en despoblado.
Para qué demonios sirve un marco regulatorio de primer mundo si no cuenta con la fuerza punitiva necesaria para quienes lo trastocan? Dejar impunes los hechos delictivos y las flagrantes violaciones a la ley, parece ser un deporte nacional en el que somos potencia. Es el México indiferente, conformista y mediocre que no merecemos ser.
Elecciones 2024: Ni libres ni legales ni democráticas. Aquí no se eligió a nadie, aquí se impusieron ganadores.
Que no nos ganen la apatía ni el desdén: simplemente exijamos cuentas claras al INE y procesos judiciales imparciales a los tribunales electorales. De otro modo nuestra democracia estará recibiendo el tiro de gracia.