La iniciativa de los diputados de Morena, Ignacio Mier y Juanita Guerra, de tomar las cuentas bancarias inactivas para destinarlas a seguridad nacional, tiene un notorio faltante: transparentar hacia dónde y cómo van a funcionar esos recursos. La iniciativa sólo menciona que 45% de los recursos irá para la seguridad pública de la Federación; 30% para la de estados, y 25% para municipios.
10 MIL MDP DE ENTRADA
Hablamos de miles de millones de pesos. Según Mier se podrían tomar de inmediato 10 mil millones de pesos de las cuentas bancarias inactivas. En la iniciativa no vienen los mecanismos de transparencia ni rendición de cuentas de esos recursos. Anteriormente, la recaudación por este tipo de cuentas, servía para la beneficencia pública e iba a parar a un fideicomiso de la Secretaría de Salud, en donde tampoco hubo un mínimo de transparencia.
Ahora es igual, la falta de claridad en cómo utilizar esos recursos, que van a ser más cuantiosos. Las cuentas bancarias, desde hace años, si no tienen actividad en tres años (ni un depósito, ni un pago o ninguna transferencia) se van a una cuenta concentradora que cada banco administra. Si de esa cuenta nadie los reclama (le deben avisar al titular en el domicilio que dejó), entonces se van a la beneficencia pública. La iniciativa de Mier y Guerra deja también los seis años para tomar los recursos de las cuentas inactivas.
MÁS RECURSOS A FUERZAS ARMADAS
La diferencia es que esta iniciativa pide más recursos para la seguridad pública. De las cuentas inactivas, las menores a 540 Unidades de Medida y Actualización (UMAS), alrededor de 52 mil pesos, van a seguir yendo a la beneficencia pública. Las que sean mayores a esos 52 mil pesos, serán destinados a la seguridad nacional.
Los bancos no tienen el dato agregado de cuánto destinan a beneficencia pública, porque lo hacen de manera individual. Sólo las autoridades lo conocen. La iniciativa sigue siendo muy oscura: no trae mecanismos de revisión de cuentas, de transparencia de cuánto y hacia dónde se destinarán los recursos. Eso sí, lo único que se sabe es que los mayores recursos de cuentas bancarias inactivas en seis años van a la seguridad nacional, que, como sabemos, está militarizada. Otro impulso económico más a las FA más allá de aerolínea, grupo aeroportuario, tren y hoteles.
MINUSVALÍAS EN AFORES, PASAJERA Y NO LA PEOR
Las minusvalías en las afores son preocupantes, pero es algo que se puede recuperar. Las afores han perdido 473.8 mil millones de pesos en el año. Es normal: invierten a largo plazo y cuando hay alzas en las tasas de interés de corto plazo (como sucede actualmente), sus activos bajan. Las afores invierten la mitad en instrumentos del gobierno, 15% en activos internacionales y, otro 15% en activos nacionales.
Todos esos activos e instrumentos, acciones y bonos, están invertidos a menores tasas a largo plazo y sus precios caen momentáneamente. Sin embargo, la Amafore ha insistido en un punto cierto, la minusvalía es temporal. Incluso han recordado que han existido otros episodios, como el de 2009 y 2014, donde se tuvieron pérdidas más fuertes y se recuperaron. En 2009, por la crisis financiera global, las afores perdieron 22% de rendimiento. Se recuperaron.
En 2014, por el recorte de estímulos de la Fed, las afores perdieron 10% y se recuperaron. Incluso en plena crisis de covid-19, las afores perdieron 9%, pero sí tuvieron ganancias. Ahora, en 2022, por la crisis inflacionaria, pierden 6.5 por ciento. Es la menor de las pérdidas que han tenido.
Este año quien se pensione, podría esperarse a 2023, sin embargo, la Amafore ha recordado que quien se pensione se encuentra en afores más líquidas, menos riesgosas, con menos inversión en acciones y sus pérdidas son menores.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 13 de octubre de 2022. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
