Tras ganar ayer su octava elección sin candidatos opositores, porque los encarceló, Daniel Ortega enfrenta desde hoy nuevas sanciones. Es el tercer golpe al castrochavismo en una semana, incluidos uno contra México y otro contra Venezuela.
El segundo mazazo fue la decisión de la autollamada “Cuarta Transformación” en México de aplazar la reforma que busca renacionalizar la industria eléctrica, luego de que congresistas estadounidenses expresaron inquietud.
Y el tercer palo fue el fallo de la Corte Penal Internacional de La Haya para investigar a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela por “Crímenes de lesa humanidad”, que incluyen el asesinato extrajudicial de cinco mil 94 opositores políticos.
Son los topetazos más fuertes que recibe el castrochavismo continental desde el 20 octubre de 2019, cuando Evo Morales tuvo que interrumpir su dictadura de más una década, porque tiró el sistema de conteo en las elecciones y no aguantó las protestas.
Las nuevas medidas aprobadas en el Senado de Estados Unidos contra el sátrapa Ortega incluyen tumbarle el TLC que (al igual que a México con el T-MEC) es lo que lo mantiene a Nicaragua, pues ya mató a la clase media, a la inversión, y persigue a los empresarios.
Mucho odio al capitalismo, pero el dictador vive de exportar a Estados Unidos 402.1 millones de dólares al año, lo cual le genera al dictador los únicos empleos, recaudación de impuestos y cotizaciones de los trabajadores.
Las sanciones agregan también restricciones de visado a 50 familiares directos familiares del dictador, funcionarios, integrantes de la Policía Nacional, el Ejército Nacional, y del Consejo Supremo Electoral, al que tiene capturado Ortega.
En relación con México, la afectada es la reforma socialista que busca que el gobierno sea el único proveedor de electricidad en el país y eliminar la participación de empresarios, por lo que en Washington es considerada “discriminatoria y proteccionista”.
El embajador estadounidense, Ken Salazar, fue a Palacio Nacional para transmitir las “serias preocupaciones” de la Casa Blanca por la reforma eléctrica y, enseguida, ésta se fue a la congeladora para discutirla en abril del 2022.
En cambio, el impacto contra Maduro no provino de Washington, sino de La Haya, que lo investigará, como ya lo hizo la ONU, por asesinar, apresar, torturar, aterrorizar y obligar abandonar el país a los opositores.
Las denuncias incluyen el uso de la tortura para extraer confesiones o información, contraseñas telefónicas y de redes sociales, obligar a autoincriminarse, someter a posiciones de estrés, asfixia, golpes, descargas eléctricas, cortes, mutilaciones, abusos…
Sin embargo, no deja de ser lamentable que estos golpes al eje castrochavista se produzcan desde afuera, pues las mayorías México, Venezuela y Nicaragua tomaron el gusto a vivir en dictaduras.
Pésima herencia para sus hijos.