Parece que una frase ha rondado la discusión política desde el advenimiento de López Obrador a la presidencia: ante cualquier crítica al gobierno, sus creyentes responden: “¿Y dónde estabas tú cuándo…?”.
Esta semana, la contrarrespuesta inteligente se hizo presente en voz de Brozo, Carlos Loret de Mola¹ y en una caricatura de Pacasso, así como probablemente en muchas voces más hartas ya de la falacia argumental. Por ejemplo, Loret revierte la pregunta al cuestionar dónde estaba el presidente cuando se cometieron atrocidades que hoy denuncia o valida, mostrando la incongruencia del personaje. Existen innumerables casos públicos y privados donde la suspensión reflexiva se deja seducir por una historia que promete el desenlace deseado y nos preguntamos: ¿cómo quienes defendieron la democracia, la libertad de expresión y la pluralidad, personas que consideramos inteligentes, algunos que incluso nos hicieron amar esa misma libertad y pluralidad, hoy validan fervorosas las incongruencias del gobierno en turno? ¿Por qué quienes se llaman feministas callan ante el retroceso institucional que niega estancias infantiles, escuelas de tiempo completo y refugios para protegernos contra la violencia? ¿Por qué funcionarias “feministas” han sido cómplices del sistema para encarcelar mujeres sin evidencia y sin el debido proceso (léase Alejandra Cuevas y Rosario Robles)? Mujeres conformes con la cuota que “graciosamente” les otorga este gobierno, de otro modo no comprendo su complicidad y su silencio.
Aquellos que vociferaron contra la debacle ecológica y la corrupción, hoy callan porque sus ilusiones les hacen creer en la omnipotencia de un personaje que, aunque a todas luces no da resultados, que pierde millones en obras ecológica y estructuralmente cuestionables, exhibe visos proteccionistas con corruptos legendarios y parientes desbocados; ostenta una conducta autoritaria como para querer aniquilar al INE porque no le gusta perder, o se pelea con periodistas porque no soporta ser cuestionado. ¿Acaso creen que con un pase mágico resolverá el final del sexenio y nos llevará a la utopía mexica de pobres ricos y ricos humildes danzando con penachos?
Me enseñaron a defender la libertad de expresión por encima de los personajes, la equidad por encima de los cuentos de hadas, la democracia por encima de mis caprichos e incluso de mis ilusiones y es por eso por lo que pregunto:
¿A ti qué más te da dónde estaba cuando Echeverría, López Portillo o Peña Nieto? Pude no haber nacido, ser niña, ser inmadura, estar en contra y lo desconoces e, incluso, estar equivocada. ¿Eso me invalida para hoy defender o cuestionar a mi gobierno?
¿Dónde estás tú hoy, cuando claramente la estrategia contra la Covid-19 falló y nos posiciona como uno de los países que peor manejó la pandemia, que no exiges cuentas claras ni vacunas para todos?
¿Por qué tú no señalas que, sin importar de quién es culpa, este gobierno debe resolver el abasto de medicamentos?
¿A ti te causan empatía las víctimas de gobiernos anteriores, pero no los niños con cáncer, y por eso no denuncias con el fervor del pasado?
¿Es tu encono contra el pasado tan grande que no estás aquí hoy para defender las instituciones que defendiste en el pasado?
Si eras crítico con los otros gobiernos, ¿dónde estás hoy que no te inmutas por el uso indebido de ivermectina o por la catástrofe de la Línea 12 del Metro?
Si, gracias a la democracia y al INE, por fin llegamos a la alternancia y se eligió a quien apoyas, ¿por qué no denuncias que Morena usó al INE como escalera y, ya arriba, quiere quemarla?
¿Dónde estás en cada mañanera en que se miente sin misericordia, y no presionas para que el hombre en que creíste cumpla su palabra y nos dé datos verdaderos?
¿Dónde estás cuando ves la militarización del país que censuraste en otros tiempos y en otros países, y que hoy avalas?
¿Dónde está el activista rebelde y cuestionador que fuiste?
¿Dónde quedó tu sentido crítico?
Yo sé donde estuve ayer y me hago responsable, y también sé donde estoy hoy.
Pero, más aun, te pregunto: ¿dónde estarás tú el 10 de abril? Yo estaré ese día, y siempre, defendiendo la democracia, la libertad de expresión, exigiendo al hombre que fue electo que cumpla y, más aún, estaré defendiendo al INE.
¹ Probablemente muchos lectores llegaron hasta aquí y dejarán de leer acudiendo a la falacia ad hominem porque los periodistas son miembros de la liga tenebrosa de enemigos del poder.