domingo 10 noviembre 2024

Una ríspida e interesante mañanera

por Javier Solórzano

Las relaciones entre medios y López Obrador han sido por lo general ríspidas. Durante muchos años el periodismo ha sido rudo y severo con el hoy Presidente.

Lo han denostado haciéndole campañas adversas de toda índole. Le han dicho de todo y quizá por ello no alcanzó la Presidencia anteriormente. Muchos medios se subieron con singular “alegría” a conceptos como “es un peligro para México”, o para desarrollar estrategias que lo desacreditaran.

Lo que son las cosas, algunos que participaban y promovían por doquier este tipo de campañas se han venido a convertir en furibundos “amlovers” sin que el pasado los condene.

Los medios fueron fundamentales durante mucho tiempo para construir y destruir la imagen de López Obrador, lo que pudiera estar provocando que no olvide lo que vivió, pasando por alto la convicción e intentos de algunos medios y periodistas que fueron puntuales con la cobertura de sus actividades.

Incluso, en más de un caso el seguimiento a López Obrador tuvo costos para varios periodistas, con todo y que en sus medios se desatara consigna de no hablar del tabasqueño o buscarle el mayor número de críticas.

Las batallas por la libertad de expresión son parte de lo que también ha llevado a López Obrador a la Presidencia. Ha sido una lucha por la apertura informativa y por abrir espacios, sin eventualmente importar quién se vea beneficiado.

Por más obvio que sea, recordemos que el trabajo periodístico nunca tiene fin y no se debe pasar por alto la complejidad y peligrosidad para desarrollarlo en algunos estados, se ha avanzado de la mano de una sociedad cada vez más crítica y de los principios sobre los cuales se funda el ejercicio del periodismo.

Las batallas de muchos periodistas, y también de algunos medios, ha sido clave para la apertura informativa, para la difusión de diversas y plurales opiniones y sobre todo para la libertad de expresión.

Entramos en una etapa, por cierto no sólo en nuestro país, en donde todo pareciera que es opinión más que información. Sin embargo, sin pasar por alto las críticas que la tendencia puede merecer, no se puede soslayar la relevancia que tiene debido a la pluralidad y al ejercicio de la libertad en que se manifiesta.

La suma de circunstancias es la que ha creado nuevas condiciones para el ejercicio del periodismo, el bozal al final se lo quitaron los propios periodistas. Habrá quien busque acomodarse, pero suponemos que las audiencias y el propio Gobierno lo tienen leído y definido.

Los medios tienden y deben ser incómodos para el poder, cuando dejan de serlo están en riesgo de ser cómplices. Bajo la construcción de nuevos entendimientos, derivados de genuinos intentos por una nueva gobernabilidad, la relación entre el poder político y los medios deben reconocer la indispensable y exigente visión profesional y crítica del periodismo.

No creemos que la compleja, necesaria y a veces ríspida relación entre el Presidente y los medios vaya a cambiar. López Obrador ha dejado en claro que no se va a quedar callado y que tiene el derecho, lo tiene sin duda, a plantear lo que piensa de lo que aparezca en los medios.

Si la relación se funda en el respeto mutuo y si los medios son, somos, puntuales y plurales en lo que informamos se va a avanzar, pero no tratemos de ponernos de acuerdo porque el diálogo y el desacuerdo paradójicamente es una forma de entendernos. No se trata de que no haya broncas, de lo que se trata es tener claro por qué son y cómo abordarlas. La mañanera de ayer tiene más luces que sombras, porque en medio de filias y fobias y diferentes formas de ver las cosas estamos parados cara cara y con todo y la rispidez se dialoga.

RESQUICIOS.

Ver para creer y difícilmente entender. Dice Trump que está preocupado por las fuerzas externas que están participando en Chile. En 1973, el gobierno de EU junto con trasnacionales fueron determinantes para el golpe de Estado a un gobierno democrático; después se vino la dictadura interminable.


Este artículo fue publicado en La Razón el 1 de noviembre de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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