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Usuarios de X, cuando los extremos se juntan

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La maquinaria propagandista de la 4T actúa como un monolito, refleja el discurso oficial que no admite matices y actúa así, sin matices, contra quienes lo critiquen. Esa maquinaria aparenta no tener grietas y en la esfera mediática eso es importa. La oposición no actúa igual, esta representa un amplio crisol de enfoques y acciones. No obstante, también sucede con regularidad, sobre todo en X, que los extremos de la frivolidad se juntan. Primero tomemos como ejemplo a uno de los voceros del oficialismo:

Este domingo 16 de junio, Juan Becerra Acosta escribió en X:

“Xóchitl denunció violencia política en razón de género al haber sido llamada ‘la candidata de Claudio X, Fox, y Salinas’ por AMLO, a quien, al igual que Claudia, difamó hasta en los debates”.

“Y no denuncia a Marko Cortés después de que -dicho por ella- la agarró a gritos”.

“Xingón”.

Pasemos por alto la agresión que Becerra Acosta perpetra contra nuestro idioma para centrarnos en tres puntos: 1) Él no condena la violencia de género en la que incurrió el presidente, sino que la justifica, 2) No entiende, o se rehúsa a hacerlo, que AMLO abusó de su poder, el máximo que existe en el país y, entonces, 3) Iguala aquel desplante autoritario con los gritos de Marko Cortés. Por último, ese vocero no informa que el Tribunal Electoral fue el que determinó que, 11 veces al menos, el jefe del Ejecutivo agredió a Xóchitl Gálvez.

Se entienden las limitaciones del vocero del oficialismo porque, precisamente, está circunscrito a la propaganda del gobierno (y a su propia inteligencia, la que le sea dable).

Ahora tomemos ejemplos del extremo opuesto. Primero el disco rayado: “Disfruten lo votado”, “No podía saberse”, “Qué conste que se los dijimos” o “Bienvenidos al 2o. Piso”, como si esas frases de supuesta superioridad pudieran persuadir al votante en vez de datos e ideas precisas. Luego están los ridículos de quienes durante tres días se declararon en paro (Pedro Ferriz de Con), como si eso tuviera efectos en el país o desfiguros como el de Mario di Constanzo cuando, el 28 de mayo, “informó” qué dirigentes de Morena habían adquirido boletos de avión rumbo a Venezuela después de perder las elecciones. Otros apostaron dinero a que ganaría Xóchitl o que su derrota no sería de más del 8% (en ningún caso pagan, siquiera). En el colmo, José Antonio Crespo vio posible que después del 2 de junio AMLO huyera a un “exilio dorado en Cuba”, y hasta nos pidió que guardáramos ese tuit cosa, que hice divertido.

(Mención aparte merecen los apelativos; entre “Botarga” y “Titina” asistimos al festín de la frivolidad y la impudicia, la falta de respeto por sí mismos y por los destinatarios de esos “mensajes”)

Este tema no es moral, es decir, no pontifico, solo registro el bajo nivel de nuestro intercambio público en varias zonas de los usuarios de X. El tema es estrictamente político: si esos núcleos de la oposición continúan con las mismas taras sin duda le seguirán facilitando el trabajo a los voceros de la 4T que son más y tienen mayores recursos.

Urge replantear esas formas tan primitivas y grotescas de enfrentar el desastre que vivimos.

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